Katy Perry y su impactante show en la Arena CDMX
La estrella pop Katy Perry sorprende con su actuación en la Arena CDMX

CIUDAD DE MÉXICO, abril 24 (EL UNIVERSAL).- No fue un concierto. Fue un descenso. Una especie de reentrada atmosférica en la que Katy Perry, recién vuelta del espacio exterior —literal—, emergió desde el techo de la Arena CDMX como si acabara de cruzar otra dimensión.
Suspendida por cables, dentro de una jaula de luz, vestida con armadura luminosa, lanzó su grito de aterrizaje: "¡México!" Y la nave —el recinto— estalló. Habían pasado sólo unos minutos, antes de que la luz y el volumen tomaran control del espacio, en que la estrella tuvo un momento especial con su equipo en camerinos.
Con todo su crew en círculo, Katy hizo una oración, pidió protección, agradeció estar viva. Confesó que su voz estaba resentida por una gripe y que la altura de la Ciudad de México la tenía inquieta, pero quería que gozaran el show.
Cumplió con creces. Ahí, en ese pequeño ritual, se sacudió el miedo. Nada de eso —ni la altitud, ni la presión, ni la garganta— se notó una vez que pisó el escenario.
¡Sigue nuestro canal de WhatsApp para más noticias! Únete aquí
La imagen de Katy resonó entre luces láser, pantallas infinitas y una narrativa distópica que abrió paso a su quinto tour mundial: The lifetimes tour.
La Arena CDMX se transformó anoche, desde las 22:00 horas, en un escenario futurista, en el que mariposas tecnológicas tomaron el control, dando vida a un intro en forma de videojuego. En pantalla: una Perry cibernética, ensamblada pieza por pieza, que caía al vacío al ritmo de un ominoso "Game over", preludio de lo que comenzaba.
En ese instante, la verdadera Katy emergió del techo, suspendida por cables, cantando "Artificial" desde una jaula luminosa. El grito de "¡México!" que lanzó desde las alturas encendió una ola ensordecedora que no bajó en toda la noche. Los fans cumplieron en este espectáculo de otro planeta.
Vestidos con referencias a "California gurls", "Last Friday night", "Roar" y "Teenage dream", con orejas de conejo, alas de mariposa y hasta sombreros de honguito, demostraron que la fiebre Perry sigue más viva que nunca, sin importar las críticas ni los titulares que la han seguido incluso en el espacio.
Acompañada de bailarines con lentes 3D y mochilas estilo cazafantasmas, la intérprete de "Firework" apareció entre el escenario en forma de infinito, reapareciendo para cantar "Chained to the rhythm" con un look metálico.
El corazón del show llegó con "Tear eyes", seguida de una de las más esperadas: "Dark horse".
Los celulares se alzaron como una constelación de luces, intentando capturar un momento que parecía salido de otra dimensión. Con extensiones plateadas, un body brillante y un arnés en forma de corazón, Perry recorrió su propio multiverso musical.
TE PUEDE INTERESAR
no te pierdas estas noticias