Gingivitis y Periodontitis bajo la lupa

San Luis Potosí, SLP.-La gingivitis y la periodontitis representan un problema de salud oral global que afecta a millones de personas, siendo enfermedades asociadas a la acumulación de placa bacteriana y procesos inflamatorios, sin embargo, investigaciones recientes han revelado el papel fundamental que desempeñan las células linfoides en el desarrollo y avance de estas patologías.

Estas células, situadas en el tejido gingival y periodontal, no solo participan en la defensa contra patógenos, sino que también regulan los procesos inflamatorios que pueden proceder en daño tisular.

Tanto el sistema innato como adaptativo desempeñan un papel determinante en la evolución de estas patologías al controlar la respuesta inflamatoria local, su actividad puede resultar protectora al conservar la homeostasis periodontal o, por el contrario, patogénica cuando prolongan el daño tisular.

Este hallazgo ha transformado nuestra comprensión de la periodontitis, que ahora se considera no solo como una infección bacteriana, sino como una enfermedad inflamatoria crónica mediada por el sistema inmunitario. 

¡Sigue nuestro canal de WhatsApp para más noticias! Únete aquí

El presente artículo busca profundizar en estos mecanismos inmunológicos, con el objetivo de ofrecer una perspectiva actualizada sobre la relación entre células linfoides y enfermedades periodontales.

Al explorar estos aspectos, tenemos como objetivo concientizar sobre la importancia de la salud bucal y su conexión con el sistema inmunológico, proporcionando conocimientos que puedan traducirse en mejores estrategias de prevención y tratamiento.

La comprensión de estos procesos no solo es relevante para profesionales de la salud, sino para toda persona interesada en mantener un estado bucodental óptimo.

Desarrollo: 

La microbiota oral es una parte fundamental de la cavidad oral, pues tiene como función proteger la boca contra la adhesión de bacterias extrínsecas que podrían afectar la salud sistémica. Las afecciones más comunes en cavidad oral son la caries, la gingivitis y la periodontitis.

Es habitual que dentro de la cavidad oral se comience a formar placa dentobacteriana, sobre las superficies de la cavidad, que es la llamada biopelícula microbiana la cual está sujeta a la llamada sucesión que es el proceso por el cual diferentes especies bacterianas se van adhiriendo a la superficie del diente de forma secuencial (Marsh & Devine, 2011).

La gingivitis es una inflamación gingival causada principalmente por componentes que provienen de la placa microbiana. La lesión inicial es una inflamación aguda, mientras que en la lesión temprana se pueden observar las células linfoides, en su mayoría linfocitos T. Mientras la enfermedad avanza, aparece la lesión establecida. La gingivitis puede estar presente durante un tiempo indefinido y pueden revertirse o pueden progresar (Kinane et al., 2017).

Las enfermedades periodontales son afecciones inflamatorias que afectan a las estructuras de los dientes como la encía, el hueso y el ligamento periodontal, estas pueden ocasionar pérdida de dientes y colaborar para la inflamación sistémica.

Inicialmente se propaga a través de una disbiosis de la microbiota oral (placa dental), que después ataca a las defensas inmunes del huésped, y como resultado nos da inflamación y dicha enfermedad (Hajishengallis, 2015).

Para entender de manera más clara la función y el papel de las células linfoides, hay que preguntarnos principalmente, ¿Qué son las células linfoides?.

Estas se entienden como un tipo de célula inmunitaria, es decir, forman parte del sistema inmunitario, y estas son encargadas de defender al cuerpo de cualquier infección o enfermedad. Estas son glóbulos blancos, medicamente conocidos como linfocitos, y se dividen principalmente en células B, células T y también existen las células linfoides innatas (ILCs) (Spits et al., 2013).

Entre las funciones que cumplen las células B esta la generación de anticuerpos, estos son proteínas que se unen a los patógenos, que son aquellos agentes biológicos que causan o producen una enfermedad y resultan neutralizándolos. Por otro lado, las células T tienen diferentes funciones como la eliminación de células infectadas y ayudar a activar otras células inmunitarias (Murphy & Weaver, 2016).

Las células linfoides innatas (ILCs) actualmente se ha comprobado que realizan funciones aún más complejas a lo largo de la duración de la respuesta inmunitaria, en comparación a las funciones que se había determinado que cumplen, estas participan en el cambio de una inmunidad innata a una adaptativa y también colaboran con la inflamación crónica.

En las enfermedades periodontales, las células linfoides, mencionadas anteriormente en especial los linfocitos T y las células linfoides innatas (ILCs), tienen funciones muy relevantes, pueden ser tanto protectores, así como también dañinos.

Los linfocitos T reguladores (Tregs) ayudan a controlar la inflamación, mientras que los linfocitos T helper (Th1, Th17) pueden empeorarla si llegan a tener una activación excesiva (Dutzan et al., 2017). 

Las ILCs, como las ILC3, producen citoquinas inflamatorias que empeoran el daño, así como IL-17. Las citoquinas se pueden entender como "mensajes químicos" que le dicen a las células del cuerpo cómo responder ante una situación, como una inflamación (Krabbendam et al., 2021).

Los linfocitos T reguladores son células que actuaran como los reguladores del sistema inmune, por lo que van a ayudar a controlar a la respuesta inflamatoria y a su vez prevenir algún descontrol de esta, así estas células van a poder evitar un daño tisular muy excesivo.

Los linfocitos T reguladores también están presentes en los tejidos gingivales y pueden ayudar a equilibrar la respuesta inflamatoria en el caso de una enfermedad periodontal. Los Th1 y Th17 son otro tipo de linfocitos T que ayudan en la respuesta inmunitaria.

Sin embargo, si su actividad se desajusta, pueden contribuir a la inflamación y al daño en los tejidos de la encía. Las células Th1, como parte de la respuesta inmune adaptativa, juegan un papel esencial en la eliminación de patógenos intracelulares y en la activación de otras células inmunes, como los macrófagos (Tipo de glóbulo blanco que rodea los microorganismos y los destruye).

Las células Th17, como un subtipo de células T helper, son conocidas por su papel en la mediación de la inflamación y la destrucción tisular. Múltiples descubrimientos han involucrado a las células Th17 en afecciones crónicas de los tejidos periodontales y por lo tanto estarían relacionadas en la reabsorción ósea del hueso alveolar de pacientes con periodontitis crónica severa (Dutzan et al., 2017).

Y como células protagonistas en la periodontitis un ejemplo específico es la ILC3, que produce citoquinas inflamatorias como la IL-17. Estas citoquinas, al igual que otras señalizaciones químicas, pueden aumentar la inflamación en lugar de ayudar a controlarla, por lo que van a agravar el daño.

El sistema inmunológico es un conjunto de defensas que protege al cuerpo de infecciones y enfermedades. Es muy importante que esté en equilibrio para poder defendernos bien sin causar daño. Mantener esa homeostasis ayuda a evitar infecciones, enfermedades, problemas con los tejidos sanos, enfermedades autoinmunes y conservar la salud en general.

Llevar un estilo de vida sano, como comer bien, hacer ejercicio con frecuencia y descansar lo suficiente, es esencial para que el sistema inmune funcione correctamente. También es fundamental controlar el estrés, ya que, si estamos estresados por mucho tiempo, eso puede debilitar nuestras defensas (Segerstrom & Miller, 2004).

Si el sistema inmune se activa con frecuencia, puede empezar a atacar al propio cuerpo, dañando tejidos sanos y provocando enfermedades crónicas. Por eso, es tan importante mantenerlo en equilibrio para evitar enfermedades autoinmunes (Furman et al., 2019).

Algunas formas de cuidar ese equilibrio son llevar una vida saludable, aprender a controlar el estrés y permitir que el sistema inmunológico trabaje de forma adecuada y controlada.

La salud oral también es de gran relevancia para el bienestar general, y cuidarla depende de varios factores como una buena higiene, controlar las bacterias y tener un sistema inmune que funcione bien (Hajishengallis, 2015).

Un sistema inmunológico equilibrado es clave para evitar infecciones y problemas en la boca. Las defensas del cuerpo tienen un papel importante en la salud bucal, ya que nos ayudan a proteger la boca contra bacterias, virus y hongos.

También evitan que haya inflamaciones continuas, lo que puede dañar los tejidos de la boca y causar enfermedades. Por eso, tener un sistema inmune sano también es esencial para mantener una buena salud bucal.

CONCLUSIÓN

En conclusión, el papel de las células linfoides en la gingivitis y la periodontitis revela la dificultad del sistema inmunológico en la cavidad oral y su doble función como protector y en ocasiones, como contribuyente al daño tisular.

A lo largo de este artículo, hemos visto cómo diferentes linfocitos como las células T, B y sus derivadas se activan en respuesta a la acumulación bacteriana en la placa dental, iniciando una respuesta inflamatoria que si no se regula adecuadamente, puede derivar en destrucción del tejido periodontal.

Este artículo resalta la importancia de un equilibrio entre la activación defensiva y los mecanismos de resolución inflamatoria. Haciendo énfasis en mantener una correcta salud tanto física como mental para evitar cualquier tipo de afección.

Entender a fondo cómo estas células actúan y se regulan no solo ayuda a explicar la progresión de estas enfermedades, sino que también abre nuevas posibilidades para desarrollar terapias más dirigidas e inmunomoduladores.

En última instancia, la salud bucal no depende solo de la higiene, sino también de un sistema inmune que sepa cuándo actuar y cuándo ceder. 

Colaboración para Pulso de: 

-Alondra Guadalupe Mendoza López 

-Natalivi Galilea Pérez Alfaro 

-Fernanda Luna Sandoval 

-Ximena Cruz Espinosa 

-Ana Sofia Martínez Robles 

-Juan Diego Cortes García

Universidad Cuauhtémoc de San Luis Potosí