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Conocí a papá

cale agundis

Por Redacción

Febrero 13, 2025 03:00 a.m.

A

Conocí a papá hasta que fui adulta, hasta ese momento, nuestra relación era la de una hija y un papá. Sin embargo, fue cuando me casé que todo comenzó a cambiar. De repente, empecé a tratarlo como a mi mejor amigo, como a un compañero de vida. Descubrí en él a una persona maravillosa, un ser cuya grandeza no conocía en su totalidad. Un hombre fiel a sus principios, en todo lo horizontal y lo vertical de su existencia, que vivió de acuerdo con sus convicciones más profundas, inquebrantable tanto en los momentos de calma como en los de tormenta. Comprendí porqué tantas personas lo amaban.

Era sabio, no solo en sus consejos, sino en su manera de vivir. Tenía una energía vital que contagiaba, su humor, siempre blanco, iluminaba las tardes más grises. Cada llamada por teléfono, eran una lección de vida, llena de relatos y anécdotas de sus pacientes, de sus historias cotidianas, siempre teñidas de su visión única del mundo. Nos entendíamos perfectamente, incluso en los silencios. Los mismos hobbies, la misma música, esa que resonaba suavemente mientras compartíamos un buen tinto y quesos, disfrutando de esos pequeños placeres que la vida nos ofrece.

Las tardes se llenaban de bendiciones mutuas, de risas, de reflexiones. Cada conversación me dejaba con el corazón pleno, con la sensación de haber recibido algo más que solo palabras. No solo era mi padre, sino un verdadero amigo, alguien con quien compartí los momentos más hermosos de mi vida. Qué lindo es haber descubierto a este hombre, que siempre estuvo allí. Hoy lo recuerdo no solo como mi papá, sino como un alma afín, llena de luz y de sabiduría que siempre estuvo a mi lado. Y quisiera decir: que sigue estando a mi lado.