ENTRE ALGORITMOS Y FORMAS VIVAS
Galeria
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En la Galería Central del Centro de las Artes de San Luis Potosí (CEART) se encuentra la más reciente exposición del artista Ernesto Ríos: Códigos. La muestra se construye a partir de referencias científicas, visuales y filosóficas, y reúne una investigación de más de diez años que explora la codificación como forma de conexión entre lo orgánico y lo digital.
El detonante para este proyecto surgió durante los años de formación de Ríos en el programa Interactive Telecommunications Program (ITP) de la Universidad de Nueva York, donde se acercó a herramientas tecnológicas como la programación. “Al acercarme a este nuevo universo del código y de la programación, fue como que se expandió y se abrió una nueva posibilidad creativa”, señala en una entrevista exclusiva para Pulso Diario de San Luis. En ese entorno, comenzó a trabajar con sensores y lenguajes digitales que trasladó luego a su práctica artística.
SAND-CLOCK
Como parte de esa etapa, desarrolló Sand-Clock, una pieza interactiva construida con arena del desierto de Chihuahua, sobre la que se proyectaba un reloj con forma de laberinto. “Exploraba y estimulaba los cinco sentidos… era de alguna manera hacer tangible lo intangible, que es el tiempo y el espacio”, recuerda. Este trabajo marcó un antecedente clave en su búsqueda por integrar tecnología, percepción y lenguaje simbólico.
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Desde entonces, su obra ha integrado códigos binarios, algoritmos, formas orgánicas y referencias a la genética, especialmente a partir de la pandemia por COVID-19. “Empecé a integrar códigos orgánicos y códigos digitales y entremezclarlos de alguna manera, porque siento que estamos en una época en donde lo virtual, lo digital, se integra con lo físico, con lo tangible”, explica.
En lo formal, Códigos se articula con una paleta restringida de blancos, negros y tonos metálicos, así como con formas geométricas y orgánicas que remiten tanto a secuencias biológicas como a estructuras digitales. Ríos describe esta decisión como una búsqueda de equilibrio: “Me interesa mucho el tener esta paleta restringida y hacer obras monocromáticas para explorar dentro de estos dos grandes extremos, de lo que podría ser la luz y la sombra o la noche y el día, tonos infinitos para llegar también a un equilibrio”.
PINTURA Y CERÁMICA DE ALTA
TEMPERATURA
Ríos enfatiza su interés por el cruce material entre pintura y cerámica de alta temperatura, elaborada con técnicas tradicionales como el raku. Estas piezas, según explica, no solo aluden a procesos elementales, sino que representan una postura frente al desarrollo tecnológico contemporáneo: “Quiero enfocarme a una inteligencia artesanal en donde parto de la creación con las manos, incluso con los cuatro elementos del de la tierra, el agua, el fuego, el aire y la tierra, y podríamos decir que hasta un quinto elemento que es también la intuición, la sensibilidad y el espíritu”.
La exposición cuenta con curaduría de Gabriela Gorab, quien ha señalado que en esta propuesta “ciencia, arte, geometría, introspección y memoria se entrelazan como posibles códigos de vida y evolución”.
Las pinturas están compuestas por retículas, trazos rítmicos y geometría fractal, mientras que las piezas cerámicas muestran craquelados, texturas carbonizadas y superficies brillantes que, en palabras del artista, “van quedando nutridas de todo lo que he vivido”. Algunas de estas obras fueron elaboradas con pigmentos naturales y materiales no contaminantes, reforzando la dimensión material del proyecto.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Para el artista, los códigos no sólo representan estructuras invisibles de control, sino también herramientas de lectura crítica de la realidad. “Pareciera que, al nosotros no ver estos códigos porque son invisibles, no nos percatamos de cómo se está programando incluso la sociedad”, indica. En ese sentido, Códigos plantea una reflexión sobre la programación social, la inteligencia artificial y la necesidad de cuestionar los sistemas que organizan la vida cotidiana.
Ríos ha desarrollado propuestas como Geometría Conventual, ha participado en el archivo fotográfico Tres Ríos, fundado por su padre, y que en 2022 fue reconocido por la UNESCO como parte del programa Memoria del Mundo.
Sobre lo que espera del público que recorra la exposición, Ríos señala: “Me interesa que haya una estimulación sensorial y también intelectual, y que la interpretación de la obra sea un estímulo simultáneo, no solamente visual, sino también intelectual, y que eso genere o inspire a la creatividad y a generar nuevos cambios positivos”.
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