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Papa inicia su pontificado con mensaje de paz

León XIV inauguró su magisterio con misa en la que le impusieron los símbolos del poder papal

Por EFE

Mayo 19, 2025 03:00 a.m.

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Ciudad del Vaticano.- León XIV inauguró este domingo su magisterio con una misa en que le fueron impuestos los símbolos del poder papal, el palio y el Anillo del Pescador, y en la que pronunció un encendido llamamiento a la unidad en la iglesia y la paz en un mundo marcado por “demasiado odio y prejuicios”.

La jornada comenzó con el primer paseo del nuevo pontífice a bordo del papamóvil, recorriendo la plaza de San Pedro y toda la Vía de la Conciliación para saludar a las cerca de 200.000 personas que llegaron a las inmediaciones vaticanas para acceder a la ceremonia.

Después, accedió a la basílica para rezar ante el lugar donde, según la tradición, fue enterrado el apóstol Pedro, bajo el gran baldaquino de Bernini.

León XIV rezó en silencio en este sugestivo lugar y ante los símbolos que lo representarán. Después procesionó con su báculo pastoral hasta la plaza, acompañado por una larga fila de clérigos encabezada por los diáconos que alzaban el Evangelio.

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La misa de inicio del ministerio petrino de León XVI se celebró en la plaza, a los pies de la basílica vaticana, ante miles de fieles y autoridades y representantes de 150 países y organizaciones.

El nuevo papa recibió sobre sus hombros el palio, decorado con seis cruces negras de seda y enganchado con tres alfileres que evocan los clavos de Cristo.

El cardenal Luis Antonio Tagle colocó en su mano derecha el Anillo del Pescador, de oro y que representa a San Pedro con las redes, como el pescador de la fe.

La era de León XIV había comenzado y el nuevo pontífice se miraba la mano visiblemente conmovido, casi reteniendo las lágrimas, mientras desde la plaza se elevaba un sonoro aplauso.

León XIV pronunció después su homilía en la que reconocía el alto peso de la misión que le fue encomendada el pasado 8 de mayo. “Fui elegido sin tener ningún mérito y, con temor y trepidación, vengo a ustedes como un hermano”, confesó.

Planteó una iglesia unida en la que su líder “nunca debe ceder a la tentación de ser un líder solitario” y que ejerza de “fermento para un mundo reconciliado”, máxime cuando, advirtió, el mundo vive “demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente, por un paradigma económico que explota los recursos de la Tierra y margina a los más pobres”.