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¡Uy, así qué chiste!

Por Jorge Andrés López Espinosa

Julio 07, 2025 03:00 a.m.

A

En muy pocos meses la configuración política y jurídica de los Estados Unidos Mexicanos cambió radicalmente, todavía recuerdo incrédulo cuando escuché a López Obrador anunciar un paquete de reformas constitucionales que a todas luces parecían imposibles de materializarse, Usted recordará que vendrían despues las elecciones federales y con ello dos certeros golpes a la normalidad democrática construída durante décadas y ojo, no digo que haya sido perfecta, pero funcionaba, prueba fehaciente de ello fueron las alternancias en el Ejecutivo y el pluralismo legislativo emanado de las elecciones de los años 2000, 2012 y por supuesto 2018. 

En la elección de 2024 se dio un inobjetable triunfo de la candidata del oficialismo, victoria que aún sigue siendo motivo de analisis por la serie de factores que propiciaron su llegada a la Presidencia, pero enseguida, vendría el primer revés a la vida democrática que conocíamos, y este lo fue la decisión de “algunos” consejeros del Instituto Nacional Electoral secundada por “algunos” Magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, al otorgar una mayoria calificada artificial en Cámara de Diputados al oficialismo y sus aliados, así como colocar a practicamente dos escaños de alcanzar esa misma mayoría en Cámara de Senadores, todo bajo un criterio que por supuesto no compartimos millones de mexicanos. 

Lo que aconteció después, ya forma parte de la historia, el inusitado cambio de playera (de azul a guinda) del senador veracruzano Yunes así como la conveniente (forzada o no) ausencia del senador naranja por Campeche, todo esto en la votación más importante de la historia desde la promulgación de la mismísima Carta de Querétaro, la reforma “transformadora” del Poder Judicial, sesión en la que se aprobó la elección por voto popular de ministros, magistrados y jueces federales y locales, reforma materializada el mes pasado y cuyos resultados oficiales seguramente serán validados luego de que pasen el trámite de las impugnaciones, ante el mismo Tribunal que permitió justo esa mayoría calificada. 

Pero, en estos meses en que el reloj en México corrió hacia atrás, también desaparecieron valiosos Organismos Constitucionales Autónomos, en materia de competencia económica, telecomunicaciones (IFETEL), transparencia (INAI) y el valioso CONEVAL que ahora formará parte del INEGI. De modo que, este cálido verano de 2025 es buen momento para preguntarnos: ¿qué nos queda a los ciudadanos libres?, le doy varias opciones de respuesta: a) Aguantarnos y observar desde nuestra butaca el desmantelamiento del Estado democrático y constitucional de derecho. B) Enfrentarnos como Quijotes al poder de un Estado sin contrapesos, con instituciones coptadas, donde muy probablemente el amparo y protección de la justicia federal y hasta la libertad de expresión en pocos meses puede llegar a ser una utopía. 

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Pero, ¿qué nos dice la historia? ¿qué hicieron en su tiempo Madero, Belisario, el Maquío o Heberto Castillo? Es más, ¿qué pensará ahora mismo el Ingeniero Cárdenas?, será está la transformación por la que tanto luchó, sinceramente no lo creo. De modo que, bajo estas condiciones y circunstancias, si de ahora en adelante las partidas políticas serán así, en cancha inclinada y con árbitro parcial, aún así, considero que habrá que jugar y dar la pelea, como pasa en el futbol, en una de esas rescatamos el empate. 

Pues recuerde Usted amable lector, el motivo por el que hace décadas se acuñó aquella conocida frase en el vox populi: “gánale al PRI”; pues exactamente así, igualito estamos ahora, sólo que ahora el color de la casaca ya no es tricolor y los “triunfos” del oficialismo que, bajo estas condiciones seguramente seguirán teniendo muchos, de frente les diremos -citando al Quico del Chespirito hoy tan de moda-, ganaste, sí, pero con tantas ventajas: “Uy, así que chiste”. 

Los sigo leyendo en el correo: 

jorgeandres7826@hotmail.com.