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¡Yo, potosino! ¿Dónde estoy parado?: los enigmas de la participación ciudadana

Por Dr. Louis Valentin Mballa

Julio 17, 2025 03:00 a.m.

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En mi entrega anterior, titulada ¿Hacia dónde va el poder? planteé una reflexión sobre la reconfiguración de las fuerzas políticas en San Luis Potosí y el modo en que el poder se redistribuye, no solo en las cúpulas, sino también en los territorios simbólicos de la legitimidad. Hoy, desde esa línea de análisis, invito a mirar no hacia los actores que ambicionan el poder, sino hacia el ciudadano mismo: ese potosino que observa, que a veces participa, que a menudo calla y otras tantas simplemente se resigna. ¿Dónde está parado en medio de las pugnas actuales? ¿Qué papel juega (o deja de jugar) frente a los procesos que definen su destino?

El juego del poder y el lugar del ciudadano

En los últimos años, la vida política potosina ha sido escenario de múltiples tensiones: rupturas entre grupos de poder, alianzas de conveniencia, pugnas entre el gobierno estatal y ciertos sectores empresariales o partidistas, disputas por el control territorial y simbólico de la capital, y una creciente polarización discursiva que no deja espacio para matices. Todo ello dibuja un escenario complejo, donde el poder se disputa con uñas, recursos y narrativas diseñadas para seducir o dividir al electorado.

Pero en este ajedrez político, ¿el ciudadano potosino está jugando o simplemente es una ficha más? Las encuestas y estudios locales coinciden en un dato alarmante: más del 60% de la población potosina expresa desconfianza hacia los partidos políticos y considera que su voto "no cambia nada". Este desencanto, lejos de ser un dato neutro, es terreno fértil para la manipulación y el clientelismo. Un pueblo que no cree en su capacidad de transformación es un pueblo vulnerable a quienes sí creen en su capacidad de controlarlo.

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¿Protagonistas, Pasivos o Arrastrados?

La pregunta incómoda debe plantearse sin rodeos: ¿qué tipo de ciudadanía estamos siendo? Muchos potosinos han optado por una postura pasiva. Se quejan, se burlan en redes sociales, pero no se organizan, no investigan, no exigen. Otros se alinean a líderes o grupos de poder esperando algún beneficio inmediato, ya sea un contrato, un empleo o simplemente la ilusión de estar "del lado ganador ósea del poder". Y hay también quienes prefieren no saber nada: "la política es sucia", "Bofo", "todos son iguales", "yo no me meto". Esa indiferencia, lejos de ser neutral, también es una forma de complicidad.

Sin embargo, también existen potosinos que resisten. Colectivos, estudiantes, académicos, comerciantes, ciudadanos de a pie que organizan foros, denuncias, observatorios ciudadanos, campañas de conciencia. Son los menos, sí, pero existen. Y su presencia recuerda que otra ciudadanía es posible. La verdadera disyuntiva es si el grueso de la población asumirá un rol protagónico en las decisiones públicas, o si seguirá siendo espectadora de un juego que no controla, pero que inevitablemente la afecta.

Las elecciones que vienen: 

¿una oportunidad o una repetición?

El calendario electoral avanza. En 2027 se renovarán los puestos de elección popular. Desde ahora, las fichas se mueven, los grupos se "reagrupan", las promesas comienzan a fabricarse. El aparato político potosino, con todos sus defectos y artimañas, se prepara para la contienda. Pero el ciudadano, ¿también se está preparando?

La participación ciudadana no se activa mágicamente el día de la elección. Se construye desde ahora, con información, con debate, con vigilancia, con exigencia. La transparencia en el uso de recursos públicos, el respeto a los derechos humanos, la calidad de los servicios, el combate real a la corrupción, no se consiguen rogando; se conquistan con presión social organizada.

El reto es enorme. La maquinaria electoral está diseñada para desinformar, polarizar, entretener y dispersar. En ese contexto, el ciudadano potosino debe preguntarse con urgencia: ¿estoy siendo manipulado o estoy informándome? ¿Estoy vendiendo mi voto o lo estoy defendiendo? ¿Estoy siguiendo masas o estoy tomando decisiones razonadas?

La autocrítica pendiente

San Luis Potosí no cambiará si sus ciudadanos no cambian primero. La autocrítica es necesaria, aunque duela. No basta con culpar a los partidos, a los gobiernos o a los políticos. ¿Qué tanto nos involucramos en los asuntos de nuestra comunidad? ¿Qué tanto exigimos cuentas a nuestros representantes? ¿Qué tanto hemos normalizado la corrupción, el desinterés, el "así siempre ha sido"? Hay una parte de responsabilidad ciudadana que no se puede seguir evadiendo. Ser ciudadano no es solo tener una credencial de elector o pagar impuestos. Es participar en asambleas, leer el periódico con mirada crítica, acompañar causas justas, defender derechos, cuestionar autoridades. Es, también, saber decir "no" cuando quieren comprar tu dignidad con una despensa o un favor.

Conclusión: Elegir ser protagonista

Esta nota no pretende señalar desde la superioridad moral, sino convocar desde la urgencia histórica. El ciudadano potosino tiene frente a sí una decisión: ser arrastrado por las inercias del poder o levantarse como protagonista de su propio destino. ¿Cómo empezar? Informándose más allá de los titulares. Escuchando distintas voces. Participando en espacios vecinales. Cuestionando promesas fáciles. Preguntando cuánto cuestan los proyectos públicos y a quién benefician. Y, sobre todo, recordando que en cada elección no solo se elige a un gobernante, sino también el modelo de sociedad que deseamos consolidar. Ser protagonista no es aspirar a un cargo. Es recuperar la dignidad de ser ciudadano pleno. Y para eso, no hay tregua, no hay que esperar a que los políticos cambien. Hay que empezar por cambiar nosotros. Aquí y ahora.

Profesor-Investigador. CIEP-FCA-UASLP

louis.mballa@uaslp.mx