Entérate | ¿A qué velocidad hacer los cambios en el auto?
¿Por qué es importante para cuidar la caja de cambios?

Conducir un automóvil de transmisión manual implica más que simplemente moverse de un punto a otro. También requiere entender el momento adecuado para cambiar de marcha.
Hacerlo correctamente no solo mejora el rendimiento del vehículo, sino que también alarga la vida útil de la caja de cambios y del motor.
Muchos conductores, sobre todo los principiantes, se preguntan cuál es la velocidad correcta para realizar esos cambios. Aquí te decimos todo lo que debes saber sobre el tema.
¿A qué velocidad debes cambiar de marcha?
Las marchas en un auto manual no solo están diseñadas para mover el vehículo, sino para optimizar la potencia y el consumo de combustible en función de la velocidad.
Aunque puede haber pequeñas variaciones dependiendo del modelo y cilindrada del coche, en general, los cambios de marcha se deben hacer a las siguientes velocidades:
Primera a segunda: entre 15 y 25 km/h.
Segunda a tercera: entre 30 y 40 km/h.
Tercera a cuarta: entre 40 y 60 km/h.
Cuarta a quinta: entre 60 y 80 km/h.
Quinta a sexta (si aplica): a partir de los 90 km/h.
Estas cifras son solo una guía. Lo más importante es prestar atención a las revoluciones por minuto (RPM). Lo ideal es cambiar de marcha cuando el motor alcanza entre 2,000 y 2,500 RPM en motores de gasolina, y entre 1,500 y 2,000 RPM en motores diésel.
¿Por qué es importante para cuidar la caja de cambios?
El cambio correcto de marchas tiene un impacto directo en la salud de la caja de cambios. Esta pieza es uno de los componentes más costosos y complejos de un auto, por lo que cuidarla es clave para evitar reparaciones caras.
Al realizar los cambios en el momento adecuado, se minimiza la fricción y el desgaste de los engranajes internos, lo que prolonga la vida útil del sistema.
Por el contrario, si se cambia de marcha a revoluciones muy bajas, el motor puede sufrir esfuerzo excesivo y vibraciones: mientras que si se hace a revoluciones muy altas, se corre el riesgo de sobrecalentamiento y desgaste prematuro.
Además, forzar los cambios —por ejemplo, soltando el clutch de forma brusca o saltando marchas sin necesidad— puede dañar el sistema sincronizador o incluso el embrague.
Otro punto clave es utilizar correctamente el pedal del clutch. Mantenerlo presionado más tiempo del necesario o pisarlo a medias puede provocar un desgaste prematuro del disco y del sistema de transmisión.
Con una conducción suave, con los cambios a las RPM correctas y sin abusar del embrague, puedes hacer que la caja de velocidades dure mucho tiempo.
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