Producción de plásticos podría aumentar un 70% para 2040 tras fracaso de tratado global
Consecuencias devastadoras tras las negociaciones fallidas en Ginebra sobre la producción de plásticos. ¿Qué medidas se tomarán ante esta crisis ambiental?

GINEBRA (AP) — Los negociadores que trabajan en un tratado para abordar la crisis global de la contaminación por plásticos no llegarán a un acuerdo en Ginebra el viernes.
La consecuencia de las conversaciones fallidas es devastadora, ya que no deja un camino claro para que las naciones aborden colectivamente las montañas de plástico que están llenando vertederos, obstruyendo océanos y apareciendo en trozos en playas y otros lugares públicos.
"El consenso está muerto", lamentó Bjorn Beeler, coordinador internacional de la Red Internacional para la Eliminación de Contaminantes, al concluir la reunión.
Cada año, el mundo produce más de 400 millones de toneladas de nuevos plásticos, y eso podría aumentar alrededor de un 70% para 2040 sin cambios en las políticas. Alrededor de 100 países quieren limitar la producción. Muchos han dicho que también es clave abordar los productos químicos tóxicos utilizados en la fabricación.
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La decisión final, o la falta de ella, subrayó la influencia de Estados Unidos y otros países productores de petróleo como Arabia Saudí, que se opusieron a cualquier límite en la producción de plásticos, hechos principalmente de combustibles como el petróleo y el gas.
Los países se reunieron por undécimo día en la sede de Naciones Unidas en Ginebra para intentar completar un tratado histórico para poner fin a la crisis de contaminación por plásticos. Siguen estancados acerca de si el tratado debería reducir el crecimiento exponencial de la producción de plásticos y establecer controles globales y legalmente vinculantes a los productos químicos tóxicos utilizados para su fabricación.
Ambientalistas, recolectores de residuos, líderes indígenas y muchos ejecutivos de negocios viajaron hasta Ginebra para hacer oír sus voces. Los líderes indígenas buscaban un tratado que reconociera sus derechos y conocimientos.
La Red de Acción Juvenil sobre Plásticos fue la única organización que habló en la reunión de clausura el viernes. Los comentarios de los observadores fueron cortados a petición de Estados Unidos y Kuwait después de 24 horas de reuniones y negociaciones.
Después de la clausura, algunos delegados intentaron poner buena cara a las negociaciones y expresaron esperanza para futuras conversaciones. Los delegados acordaron que se reunirán nuevamente en algún momento en el futuro.
Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, dijo que a pesar de los desafíos y la decepción, "tenemos que aceptar que se han hecho progresos significativos".
Este proceso no se detendrá, dijo, pero es demasiado pronto para decir cuánto tiempo tomará ahora conseguir un tratado.
Se repite el fracaso del año pasado
Esta debía ser la última ronda de negociaciones y se debería haber alcanzado el primer tratado legalmente vinculante sobre la contaminación por plásticos, incluso en los océanos. Pero igual que ocurrió en la reunión celebrada en Corea del Sur el año pasado, el encuentro finaliza sin acuerdo.
Luis Vayas Valdivieso, el presidente del comité de negociación, escribió y presentó dos borradores del texto del tratado en Ginebra basados en las opiniones expresadas por las naciones. Los representantes de 184 países no acordaron usar ninguno de ellos como base para sus negociaciones.
Valdivieso señaló el viernes por la mañana, cuando los delegados se reunieron de nuevo en el salón de asambleas, que no se proponía ninguna medida adicional sobre el último borrador.
Tras una reunión de tres horas, golpeó un mazo hecho de tapas de botellas de plástico recicladas de un vertedero de Nairobi, uno de los muchos símbolos del problema del plástico que fueron visibles durante las conversaciones.
Un resultado "profundamente decepcionante"
La comisaria europea Jessika Roswall señaló que la Unión Europea y sus Estados miembro tenían grandes expectativas para esta reunión y que, aunque el borrador no alcanza sus demandas, es una buena base para otra sesión de negociación.
"La Tierra no es sólo nuestra. Somos los administradores para quienes vendrán después de nosotros. Cumplamos con ese deber", afirmó.
Representantes de Noruega, Australia, Tuvalu y otras naciones afirmaron estar profundamente decepcionados por marcharse de Ginebra sin un tratado. El representante de Madagascar dijo que el mundo "espera medidas, no informes de nosotros".
La delegación de China declaró que la lucha contra la contaminación por plásticos es un largo maratón y que este revés temporal es un nuevo punto de partida para forjar consenso.
Para que cualquier propuesta se incluya en el tratado, cada nación debe estar de acuerdo. India, Arabia Saudí, Irán, Kuwait, Vietnam y otros han dicho que el consenso es vital para un tratado efectivo. Algunos países quieren cambiar el proceso para que las decisiones puedan tomarse por votación si es necesario.
Graham Forbes, jefe de la delegación de Greenpeace en Ginebra, instó a los delegados en esa dirección.
"Estamos dando vueltas en círculos. No podemos seguir haciendo lo mismo y esperar un resultado diferente", dijo al finalizar la reunión del viernes.
Líneas rojas que no eran superables
El mayor problema de las conversaciones ha sido si el tratado debería imponer límites a la producción de nuevos plásticos o centrarse en cosas como mejorar el diseño, el reciclaje y la reutilización.
Arabia Saudí, Kuwait y Estados Unidos se opusieron a reducir la producción de plásticos o prohibir aditivos químicos en el tratado. Estados Unidos apoyó disposiciones para mejorar la recolección y gestión de residuos, mejorar el diseño de productos e impulsar el reciclaje, la reutilización y otros esfuerzos para reducir el plástico vertido en el medio ambiente.
Arabia Saudí argumentó que ambos borradores carecían de equilibrio y sus negociadores, junto a los de Kuwait, indicaron que la última propuesta toma más en cuenta las opiniones de otros Estados.
Ese borrador, publicado a primera hora del viernes, no incluía límites a la producción de plásticos, pero reconocía que los niveles actuales de producción y consumo son "insostenibles" y que se necesita una acción global. Se había añadido un nuevo texto para afirmar que estos niveles exceden las capacidades actuales de gestión de residuos y se proyecta que aumenten aún más, "lo que requiere una respuesta global coordinada para detener y revertir tales tendencias".
También se modificó el objetivo del tratado para declarar que el acuerdo se basará en un enfoque integral que aborde todo el ciclo de vida de los plásticos. Hablaba de reducir los productos plásticos que contienen "un químico o químicos de preocupación para la salud humana o el medio ambiente" , así como de reducir los productos plásticos de un solo uso o de corta duración.
Era un texto mucho mejor y más ambicioso, aunque no perfecto. Cada país llegó a Ginebra con muchas "líneas rojas", afirmó Magnus Heunicke, el ministro de Medio Ambiente de Dinamarca —país que ostenta la presidencia rotativa del Consejo de Europa.
"Para ser muy claros, un compromiso significa que tenemos que doblar nuestras líneas rojas", dijo.
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