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Tomás Méndez, el creador de Paloma Negra y otros clásicos mexicanos

Blas Galindo y la incertidumbre sobre la autoría de El Son de la Negra

Por El Universal

Septiembre 15, 2025 07:47 p.m.

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Tomás Méndez, el creador de Paloma Negra y otros clásicos mexicanos

CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 15 (EL UNIVERSAL).- En el folclor mexicano existen canciones que han traspasado la barrera del tiempo hasta convertirse en parte esencial de la identidad cultural.

"Paloma Negra", "Cielito Lindo" y "El son de la negra" son ejemplo de ello: piezas que conquistaron escenarios internacionales y se convirtieron en emblemas nacionales, pero cuyos autores siguen siendo desconocidos para la mayor parte del público.

En una de las fechas más importantes para el pueblo mexicano te contamos que hay detrás de estos temas.

"Paloma Negra"

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Esta canción es quizá una de las más representativas. Se popularizó en la voz de intérpretes como Lola Beltrán, Vicente Fernández y Chavela Vargas, pero el creador de la obra fue Tomás Méndez, originario de Fresnillo, Zacatecas.

A él se deben también otros clásicos como "Cucurrucucú Paloma", "Gorrioncillo pecho amarillo" y "Huapango torero". Fallecido en 1995, su legado sigue vivo en nuevas generaciones, con voces como las de Majo Aguilar y su prima Ángela Aguilar retomando su repertorio.

"Cielito Lindo"

La historia de este "clásico", se remonta a 1882, cuando Quirino Mendoza compuso la melodía inspirándose en su esposa, Catalina Martínez. Desde entonces, se transformó en un himno no oficial de México: coreado en estadios durante los mundiales de futbol y entonado colectivamente en momentos de unión, como ocurrió durante la pandemia de Covid-19.

Aunque intérpretes como Pedro Infante, Vicente Fernández y el Mariachi Vargas de Tecalitlán la hicieron suya, la autoría pertenece a Mendoza, quien, incluso, fue reconocido por gobiernos de países como Chile, Cuba, Venezuela, Estados Unidos y Japón.

"El son de la negra"

Esta es una pieza indispensable en cualquier celebración mexicana. Sus primeros acordes evocan de inmediato la imagen de México dentro y fuera del país. Sin embargo, su autoría ha sido motivo de debate.

Durante décadas se le atribuyó a la tradición jalisciense, pero fue el compositor Blas Galindo quien la consolidó en 1940 al incluirla en su álbum "Sones de mariachi".

En los registros de la Sociedad de Autores y Compositores de México también aparecen los nombres de Rubén Fuentes y Silvestre Vargas, lo que deja abierta la discusión sobre su origen definitivo.

Estas canciones no solo acompañan fiestas, deportes y momentos históricos: son reflejo de cómo la música mexicana logra trascender gracias a la interpretación, pero también gracias al genio de compositores que, sin subir al escenario, dejaron huellas imborrables en la memoria colectiva.