LOS CABALLITOS PREHISTÓRICOS DE SAN LUIS

¿Como pensar la historia de México sin los caballos? Cortez no hubiera hecho ninguna conquista de no haber traído a sus rocines; las campañas de Independencia y de Reforma se realizaron a lomo de cuacos; no olvidemos a Porfirio Diaz maniobrando su regimiento de caballería ligera para decidir la batalla del 5 de mayo… Y los Dorados de Villa, jinetes legendarios de la División el Norte en tantas batallas durante la revolución. Mantenemos una histórica y especial relación con los equinos. (Incluidos claro, los nobles burritos del campo).
? Los Equinos ferales, llamados Mustangs en E.U, andan en manadas lidereadas por un macho dominante. Los potrillos se paran y pueden correr a las pocas horas de nacer.
Esta larga relación con nuestros queridos equinos, parece ser el origen de tradiciones como la Charrería, los lienzos y las carreras en las haciendas…Lo vemos en las imperecederas películas de la época de oro del cine, como compañeros de aventuras de los charros. Pedro Infante y su encantadora yegua Cancia en “La oveja negra” dejaron una huella en la cultura nacional. Y como olvidar tantos corridos como “Caballo Prieto Azabache” o los refranes de rancho. En el país incluso se han desarrollado varias razas; el caballo Criollo, el gran Azteca, hasta hay una raza Fernández, criada en el rancho de “Chente” (QEPD) de Huentitán. Ya siendo habitantes de ciudad; pareciera que queremos olvidar el campo, que nuestros antepasados fueron de rancho. ¡A mucho orgullo! Mi abuelo tenía vacas y nos contaba de como una, la “Grano de Oro”, gano un trofeo; nunca la conocimos personalmente, pero se convirtió en todo un personaje de fábula en las nostálgicas pláticas de familia.
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Pero la historia va mucho más atrás, miles de años. En el Rancho “La Amapola” cerca de Cedral, por la carretera a Real De Catorce, SLP; en lo que fue una antigua laguna, se han encontrado restos de cascos y dientes de equinos, que fechados por Radio Carbono 14, existieron hace 30,000 años. Nos comenta el Dr. Gilberto Pérez Roldan. Coordinador de la Licenciatura en Arqueología de la FCSH, de la UASLP; que los equinos evolucionaron primero en Norteamérica y luego migraron a través del estrecho de Bering llegando a Asia, Europa y África…
? Eohippus o Hyracotherium, Genero ya extinto, de hace 55 millones de años, pequeño ancestro de los caballos. Nótense los cuatro dedos en las patas.
Los antepasados de los legendarios los caballos del Cid, de Alejandro Magno, de Atila y los hunos, evolucionaron primero aquí, en América del Norte hace millones años. Viéndolos en su primitivo origen, cuando no eran más grandes que un perro y andaban escondidos en lo profundo de los bosques, nadie hubiera pensado su glorioso futuro, al influir tanto en la historia de la conflictiva y cruel especie humana.
? Restos de dientes encontrados en el sitio arqueológico de El Cedral, evidencian los caballos que pastaban en los herbazales del altiplano potosino hace decenas de miles de años.
Con todas su capacidades y logros, los caballos se extinguieron en toda América hace 11,700 años. Al parecer se confiaron cuando vieron llegar los cazadores humanos, quienes habían atravesado por el estrecho de Bering desde Siberia a Alaska y bajaron al Sur, hasta las planicies y altiplanos de México. Se han encontrado fósiles de caballos en el fondo de despeñaderos donde, amenazándolos con fuego, los paleoindios provocaban estampidas en las manadas que caían en las barrancas o los cazaban con atlatls.
? Evolucionados en Norte América hace 55 millones de años los Équidos se dispersaron llegando a Asia, Europa y África convirtiéndose en Cebras, Burritos, hasta ser domesticados y cambiar la historia de las civilizaciones. Imagen Jerónimo Avilés.
Los tantos hallazgos de la diversa fauna prehistórica del altiplano potosino, representada por grandes lobos, huesos del león americano, coyotes y las tres especies de caballos, (Equus cedralensis, E. mexicanus y E. conversidens) en las excavaciones de El Cedral, deberían mostrarse y explicarse en un museo de la historia natural de sitio, al público y las generaciones futuras, dando testimonio de la diversidad de la fauna prehistórica y actual del altiplano.
Hemos abusado de los caballos, en las tantas batallas y guerras que los hemos hecho participar, sin que supieran de que se trataba. Murieron cientos de miles con armas de las que no sabían como escapar, no se comenta nada al respecto, solo se habla de los héroes humanos. Para entender la espantosa situación de un animal en un campo de batalla, vea la película: “Caballo de Guerra” (“War Horse”) de Steven Spielberg, 2011. La escena del caballo Joey, enfrentando al tanque y corriendo entre las trincheras es una obra de arte cinematográfica.
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