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SOBRE TOROS Y CORRIDAS

Por Christian González Del Carpio.

Mayo 19, 2025 03:00 a.m.

A

En nuestra sociedad, los espectáculos con animales se basan en mitos y falsos conceptos. Por ejemplo, en los circos se presentaba el domador de leones chasqueando un látigo, simulando dominar a los feroces felinos. Estos habían sido previamente condicionados con castigos. Su gruñido y mostrar los dientes no era señal de agresión, si no de defensa. Cuando un felino ataca, lo hace de manera silenciosa y rápida, no ruge y amenaza como en las películas. 

De igual manera, en la tauromaquia, la falta de divulgación científica sobre la realidad biología y el comportamiento animal causan ignorancia y crean absurda controversia. En los países desarrollados, las leyes se basan en realidades científicas, sin importar la tradición o los intereses económicos. No se puede ignorar que la neurociencia ha demostrado que las emociones y sentimientos en mamíferos son similares a los humanos ocurriendo en las mismas áreas cerebrales. Y se han declarado oficialmente a los animales como seres sintientes. 

? Un acto de circo era el domador de leones. 

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Restallaba su látigo, demostrando “hombría”, valor, o no sé qué. El pobre felino condicionado e intimidado, sólo mostraba los dientes.

La domesticación de los legendarios toros o Uros en civilizaciones del Mediterráneo, no disminuyo el temor de la gente por su gran tamaño y cuernos afilados. En la Creta Minoica había celebraciones donde los jóvenes brincaban sobre estos temibles toros. Estas fiestas taurinas, se popularizaron y en la península ibérica se crio una raza de toros bravos. Se desarrollaron dos estilos de fiesta brava: El vasco-navarro donde torear es efectuar saltos y recortes, esquivando las acometidas del toro; y el estilo andaluz, que utilizaba capas para engañar las arremetidas del animal.

La corrida de toros “tradicional” en México, se tornó en un espectáculo con tortura y muerte, agregando drama, como un lucrativo ritual pagano. 

? En la antigua Creta, en el periodo Minoico, (2,500-1,200 AC) los jóvenes mostraban pericia y valor brincando sobre toros. La muerte del animal no era el clímax de la fiesta. 

Entrevistamos a Mto. Raúl Gamboa, conocedor de Etología, el estudio científico del comportamiento animal: “La llamada tauromaquia solo es un gran negocio de entretenimiento, una sangrienta y cruel catarsis donde el público se desahoga”. Nos comenta: “Previo a la corrida, por seguridad del torero, vi cómo se “preparaba” al toro, untándole vaselina en los ojos para asegurarse que solo arremetiera al capote, sin distinguir al torero. Se le introducía estopa en la nariz del animal para impedirle respirar para correr y solo atinara a embestir” 

? El rodeo o “Bull-fight” de los E.U. consiste en mantenerse sobre el toro mientras este salta y corcovea. Un verdadero deporte, donde el toro aprende como derribar al jinete.

Cuando sale al ruedo, el toro nunca ha estado en una plaza. En el campo, sus combates eran topes y forcejeos con otros toros, para ver quien empujaba más fuerte, como lo hacen los venados, carneros y cabras. El astado esta confundido en la arena y solo reacciona embistiendo al capote, de manera estereotipada. El torero se sirve de ello para hacer sus lances y faenas, con poses arrogantes y desplantes de superioridad, se trata de humillar a la pobre bestia, ha ensayado los movimientos múltiples veces. La gente aplaude y el toro cubierto en sangre, sigue embistiendo, a pesar del dolor de las banderillas, quisiera huir, pero no tiene a donde. Quisiera escapar a su campo y querencia. El público aplaude y grita como si se matara a una bestia malévola. Pero es solo un abuso, la tortura de un herbívoro, una falsa alegoría de valentía.  

? En Francia, Portugal y Cataluña la fiesta brava, estilo vasco-navarro, consiste en recortes y saltos esquivando las embestidas. Una verdadera prueba de habilidad y valor como deberían ser las corridas de ahora en adelante.te, donde el toro aprende como derribar al jinete.

 

Natalia H.  hija de un conocido aficionado taurino, nos explica que, en su adolescencia pudo ingresar con su padre y hermanos, en primera fila, tras el burladero. No quiso mirar, pero escuchaba al toro gimiendo de dolor y angustia, tosiendo sangre por boca y nariz, que chorreaba sobre la arena. Cuando el toro se desplomo muerto, el público aclamo al matador con los brazos en alto, como un triunfador. ¿Como la gente podía disfrutar así, de esta barbarie? Nos manifiesta Natalia, quien nunca pudo olvidarlo. 

Recomendamos la película animada “Ole, el viaje de Ferdinand” del 2017; donde un joven ternero cuestiona la fiesta brava. Y el documental español: “En la piel del toro”; ambos en YouTube.

A veces los hombres necesitamos reafirmar personalmente nuestro valor. Para eso existen deportes de riesgo: escalada en roca, paracaidismo deportivo, espeleología o surf. Actividades muy seguras, si se siguen las reglas y con instrucción adecuada. Nada debe justificarse por tradición. En nuestro país, “tradicionalmente”, se sacrificaban animales en rituales y se solía golpear a los niños y mujeres. Nuestra especie es agresiva, abusiva…y un vergonzoso, etc. 

? ¿Como puede alguien emocionarse con esta escena? ¿Es justificable por las fuentes de trabajo? ¿Puede considerarse arte digna de aplauso; en un país marcado por la crueldad y violencia extrema?