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Cena Beringer Private Reserve 1986

Por Alfredo Oria

Septiembre 05, 2025 03:00 a.m.

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Como sabes, caro lector, el ranking más influyente del mundo del vino es el Top 100 de Wine Spectator, pero cada año las etiquetas que resultan elegidas por la publicación adolecen de una condición juvenil que las hace poco accesibles para su consumo inmediato, especialmente cuando se trata de tintos estructurados. Muchos de esos vinos se consumen en el furor del momento, que no es el óptimo, y muy pocas botellas se conservan para cuando alcanzan su plenitud. En esta ocasión les extiendo la invitación para que me acompañen a disfrutar de un icono de la enología californiana, la etiqueta más celebrada de una de las pocas bodegas fundadas en el siglo XIX que aún permanecen activas, en su añada más exitosa y en el contexto de otros vinos representativos de la casa.

Hablar de Beringer Vineyards es abrir una puerta a la memoria viva de Napa Valley. Fundada en 1876 por los hermanos Jacob y Frederick Beringer, de origen alemán, la bodega ha sido testigo y protagonista de casi siglo y medio de historia. Allí, donde la niebla matinal se retira lentamente de los viñedos y el sol meridional calienta sus suelos pedregosos, comenzó a gestarse una visión: domar la tierra sin domesticar su esencia, escuchar el lenguaje secreto de cada parcela y transformarlo en vino. Fueron los Beringer quienes trajeron a Napa variedades europeas, quienes cavaron cuevas en la roca para guardar el tiempo en silencio, quienes resistieron la Prohibición elaborando vino litúrgico (durante este periodo, la ley permitía el uso de vino con fines sacramentales) y quienes, al concluir aquella siniestra época, supieron renacer con mayor fuerza desde la solidez de sus raíces profundas.

En 1934, Beringer se convirtió en la primera bodega californiana en abrir sus puertas al público, inaugurando una tradición de hospitalidad que convirtió el vino en cultura compartida. Sus edificios victorianos, declarados parte del Registro Nacional de Lugares Históricos, parecen custodiar no solo barricas, sino capítulos enteros de la historia del valle. Y fue Beringer, también, quien apostó por Knights Valley, un entreacto con lo mejor de Napa y lo mejor de Sonoma, ayudando a que esta zona alcanzara el reconocimiento de AVA en 1983, consolidando así un mosaico de terruños que hoy son sinónimo de vinos equilibrados y elegantes.

El próximo jueves 18 de septiembre, a las 20:00 horas, celebraremos una cena maridaje exclusiva en la que descorcharemos el Cabernet Sauvignon Private Reserve 1986, elegido “Wine of the Year” por Wine Spectator en 1990. En cada copa se abrirá una geografía secreta: las laderas soleadas de Santa Helena, los altos suelos volcánicos de las montañas de Howell, Spring y Veeder junto los vientos frescos que acarician el valle. Este vino no es solo una etiqueta célebre; es un compendio de tiempo, una simbiosis entre la paciencia y el arte enológico.

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El viaje incluirá también otras expresiones de la bodega: los Napa Chardonnay 2016 y Chardonnay Private Reserve 2016, que narran la mineralidad y la riqueza de Napa; los tintos de Knights Valley, un Cabernet Reserve 2018 y un Cabernet 1998, reflejos de un terroir que hace balanza entre la sutileza y la robustez; y el Cabernet Napa St. Helena 2001, nacido en el legendario Home Vineyard, donde todo comenzó.

Será más que una cena: será un diálogo con el tiempo. Cada vino, un testimonio; cada sorbo, una memoria. Beringer nos invita a recorrer su legado con atención, yo lo haré con reverencia, como quien escucha el murmullo antiguo de la tierra transformado en una experiencia irrepetible.

@tusimposiarca - @anticuariodevinos - aloria23@yahoo.com