Nepotismo
La democracia es la forma de gobierno en donde el ciudadano elige a quienes tomarán las decisiones públicas en su nombre y beneficio, para ello se requieren reglas y procesos claros, equitativos y transparentes para que todos los contendientes por un puesto de elección popular. En México no es así, pocos actores políticos tienen capturado todo el proceso, imponen en primer lugar a sus familiares directos y cuando no pueden hacerlo apoyan a sus incondicionales. En todo el país los ayuntamientos; las diputaciones locales y federales, gubernaturas están bajo el control de familias con alto poder económico. Tenemos una democracia capturada, familiar y caciquil.
En el 108º de la promulgación de la constitución mexicana, la presidenta de la república, Claudia Sheinbaum Pardo, dio a conocer dos nuevas propuestas de reforma, la no reelección a ningún puesto de elección y la prohibición expresa de que ningún familiar pueda suceder de manera inmediata a otro tratándose de un puesto de elección popular; las cuales ya fueron aprobadas en comisiones del Senado. El mensaje fue claro, regresar al origen de la construcción del Estado Mexicano, que surgió como respuesta a gobiernos dictatoriales y hacer frente al nepotismo generado por el predominio de caciques que tienen capturados a los gobiernos locales, con el único fin de hacer negocios con recursos públicos.
La reelección de ayuntamientos, diputados locales, federales y senadores es reciente, la cual estuvo prohibida desde 1933 hasta 2014. El argumento principal fue darles continuidad a las políticas públicas locales y aprovechar el conocimiento legislativo acumulado, pero en once años no logró su objetivo, al contario fortaleció y expandió los enclaves de poder familiar, quienes, en el periodo de la llamada cuarta transformación, con todo cinismo pasaron de un partido político a otro con el único fin de conservar sus espacios de poder. En 2025, a lo largo del país abundan ejemplo del enriquecimiento ilegal, producto de negocios familiares realizados con recursos, bienes y servicios públicos.
La presidenta Claudia Sheinbaum expresó de manera clara: “Es en honor a la Constitución de 1917, la no reelección a ningún puesto de elección popular. ¡Sufragio efectivo, no reelección!”, “Nuestra lucha por la democracia y contra cualquier forma de corrupción son un asunto de principios”. El problema es que en su partido político y sus aliados están saturados de caciques, de familias que ejercen el control político en lo local y federal; también de jóvenes políticos que en 2018 presumían ser diferentes a la clase política tradicional, ahora tienen a sus esposas en el congreso, a su padre, esposo e hijo en la administración municipal. Nada ha cambiado, todos son iguales.
En resumen, bienvenida la reforma constitucional a la no reelección y de combate al nepotismo, pero es un avance insuficiente, porque son prácticas muy arraigadas en la clase política, tanto los viejos como los que presumen “ser diferentes”, las llevan a cabo con gran descaro y cinismo, realizando acciones políticas y de gobierno que solo contribuyen a incrementar el patrimonio de caciques, pero no a resolver los problemas públicos de la sociedad. Para hacerla realidad hay que empezar por casa, por la propia clase política que gobierna, pero no se percibe que haya voluntad, porque a su partido político todos los días se afilian caciques con un obscuro pasado. Próxima colaboración: 12 de marzo de 2025.
@jszslp
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