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Nuevamente Trump

Por José Santos Zavala

Febrero 12, 2025 03:00 a.m.

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“Cooperación, sí; subordinación, no”; “Colaboración, sí; sometimiento, no”; “Nada de injerencismo, ni intervencionismo, tampoco de racismos, ni de clasismos”. Fueron tres frases expresadas por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo el 5 de febrero de 2025, en el Teatro de la República de Querétaro, durante la ceremonia conmemorativa del 108º aniversario de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Tenían un destinatario: Donal Trump, presidente de los Estados Unidos y una intención: defender la soberanía de México y la dignidad de la población migrante radicada en ese país.

Estas frases fueron expresadas en un contexto de amenazas por imponer un arancel del 27 % a las exportaciones mexicanas, con la intensión de que se implementen acciones gubernamentales para detener el ingreso de drogas y migrantes hacia el país del norte. Sin embargo, ni el gobierno de México, ni la economía han caído en pánico, el dólar esta estable y se ha impuesto la credibilidad y racionalidad de la presidenta. Con estas medidas se perjudica en mayor medida a los consumidores estadounidenses, que tendrían que pagar más por los productos provenientes de nuestro país; aunque ante la incertidumbre los migrantes han enviado menos remesas a sus familiares.

Con un lenguaje cordial, de buena voluntad, pero de firmeza, evitando la confrontación, la presidenta mandó el mensaje de colaboración de su gobierno con el de los Estados Unidos para combatir el tráfico ilegal de drogas, cuyo principal problema es el consumo, es decir la demanda y no la oferta, sino existiera esta sería una actividad que no dejara tantas ganancias económicas. La situación social crítica esta allá, la cual requiere combatir las causas por las cuales las y los estadunidenses son altos consumidores, le corresponde a ese gobierno diseñar y operar políticas públicas que transformen sus condiciones de vida.

Con respecto a la población migrante, en su mayoría son seres humanos que con su trabajo contribuyen a la producción de bienes y servicios de ese país, a cambio de un miserable sueldo y precarias condiciones laborales. Sus ingresos no les alcanzan para vivir dignamente, y para colmo tienen que enviar recursos a sus familiares en México para contribuir con sus gastos. Estas amenazas solo tienen la intención de mantener la incertidumbre y continuar con la explotación laboral migrante. Quienes contribuyeron al triunfo de Trump fueron los propios migrantes con derecho al voto, con el argumento que ya no vayan más, porque si llegan, el trabajo y el sueldo disminuye.   

En resumen: la presidenta de México con energía y autoridad defendió la soberanía del país y la dignidad de su población migrante, los mercados aprobaron su posición, los principales actores políticos y la sociedad también. El alto consumo de drogas de los estadounidenses no es problema de nuestro país, aunque también lo tenemos, les corresponde a ellos resolverlo. El sueño americano no es tal, es una pesadilla, que le ha servido a nuestros vecinos del norte para contar con mano de obra barata. Voluntad para colaborar la hay, pero no sometiéndose a las irracionalidades de un político autoritario. Próxima colaboración: 25 de febrero de 2025.

@jszslp