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FRANCISCO ARANDA: ENTRE EL RITMO Y LA ESCUCHA

Su trayectoria ha estado marcada por la fusión de estilos y la exploración constante de nuevas posibilidades sonoras

Por Estrella Govea PULSO

Abril 21, 2025 03:00 a.m.

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Francisco “Paquito” Aranda ha convertido la batería en una herramienta que va más allá del acompañamiento. Desde su infancia en San Luis Potosí hasta su consolidación como músico en Los Ángeles, su trayectoria ha estado marcada por la fusión de estilos y la exploración constante de nuevas posibilidades sonoras.

Su trabajo como baterista, director musical, compositor y ahora terapeuta musical, revela una vocación por comprender y conectar desde el ritmo.

La formación musical de Aranda comenzó con un tambor recibido como regalo navideño cuando tenía apenas un año. Desde entonces, el ritmo ha sido una constante en su vida.

El entorno familiar, con influencias que iban del rock progresivo de Pink Floyd al funk de Earth, Wind & Fire, lo nutrió desde temprano. Más adelante, bandas como Blink-182, Green Day, Panda y División Minúscula despertaron su interés por el punk y lo motivaron a tocar. A los 14 años ya ensayaba, y dos años después realizó su primera gira.

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SU PROYECTO PERSONAL HOLLYWOOD SIRENA

Instalado en Los Ángeles desde 2018, Aranda ha encontrado una identidad musical propia dentro de un circuito competitivo y diverso. Su integración de síncopas latinas en estructuras de rock le ha permitido desarrollar un estilo reconocible que aplica tanto en bandas como Inner Wave y División Minúscula, como en su proyecto personal Hollywood Sirena. “Trato de que siempre sea bailable”, comenta en una entrevista exclusiva para Pulso Diario de San Luis, al explicar cómo traslada elementos de la música latina a contextos alternativos sin perder su esencia.

Uno de los retos más notables ha sido alternar el papel de baterista con el de compositor y vocalista. En Hollywood Sirena, Aranda se mueve con libertad total: “No tengo que pensar en nadie más. Literal, ahorita lo estoy haciendo todo yo”. En cambio, como parte de Twin Seas, su rol requiere adaptarse y aportar desde la base rítmica. Esta dualidad le ha permitido observar y aprender desde distintos ángulos, lo cual se refleja en su capacidad para dirigir, componer y ejecutar en escena.

CRIMSON’S CABARET

La batería no es sólo su instrumento principal; también ha sido el único elemento en una banda sonora completa. En 2022, compuso la música de Crimson’s Cabaret, un cortometraje centrado en la danza y la lucha interna de su protagonista. Inspirado por el trabajo de Antonio Sánchez en Birdman, Aranda construyó una narrativa sonora improvisada pero precisa. “Me junté con el director y platicamos lo que quería desarrollar… fue improvisación, pero cronometrada”, relata. La película obtuvo reconocimiento internacional, incluyendo el premio al Mejor Diseño de Sonido en el Festival de Cine de India Birsa Munda.

TERAPIA MUSICAL PARA AUTISMO

Más allá del estudio y el escenario, Aranda ha encontrado una faceta especialmente significativa en la terapia musical. Acompaña a niñas y niños con autismo en sesiones donde la música se convierte en vehículo para desarrollar motricidad, atención y disfrute. “Ellos llegan ya sabiendo la música que les gusta. Yo veo cómo pueden divertirse con eso y a partir de ahí trabajamos”, explica.

Este enfoque no académico, basado en la intuición y la experiencia directa, ha dado resultados que lo motivan a continuar. “Me llena más estar en esa terapia que con algún alumno que no quiere estar ahí”, admite.

Su entrada en este ámbito fue gradual. Primero dio clases en escuelas de Los Ángeles. En una de ellas conoció a su primera paciente con autismo. La conexión fue tal que, cuando dejó de trabajar en la institución, la familia lo buscó para continuar de forma independiente. A partir de ahí, encontró una organización enfocada en este tipo de atención, y hoy reparte su tiempo entre los conciertos y las terapias.

EL ESTUDIO, SU ESPACIO DE RECONSTRUCCIÓN

El estudio es su espacio de reconstrucción tras las giras. Ahí reflexiona, practica y se prepara para lo siguiente. “Es como venir, entrenar, salir a pelear y regresar”, dice. En cada ciclo, Aranda recupera aprendizajes de la experiencia en vivo para aplicarlos en sus composiciones o clases.

Su proceso creativo parte de la emoción. Compone a partir de acordes que le provocan una reacción específica. A eso le suma una base rítmica y luego desarrolla la melodía. Esa intuición emocional guía también el concepto visual de sus proyectos, que considera una extensión del discurso artístico. “Todo tiene que ver con el concepto”, asegura, al recordar la planeación de videoclips con The City o la estética que maneja Hollywood Sirena.

En una ciudad como Los Ángeles, mantener una voz propia requiere decisión y comunidad. Aranda lo ha logrado al integrarse a una escena emergente de bandas alternativas con las que ha desarrollado proyectos diversos. Esa variedad, lejos de diluir su estilo, lo ha fortalecido.

INTERESANTES PROYECTOS

A futuro, busca retomar elementos del punk y experimentar con patrones rítmicos latinos como el soca. También tiene en mente colaboraciones con músicos como Javier Blake y Bratty.

Mientras tanto, continúa regresando a San Luis Potosí como en su última presentación en Plaza de los fundadores el paso 16 de abril, para compartir con nuevas generaciones de músicos. 

En cada presentación o masterclass reafirma una idea: “Quiero ver más y más niños que están saliendo a perseguir sus sueños”.