Culiacanazos desataron caos y terror

Ciudad de México.- “Ya paren todo, ya tranquilos, ya me entregué, ya ni modo. Ya no quiero que haya desm…”, así pedía Ovidio Guzmán a los sicarios del Cártel de Sinaloa que detuvieran la violencia generada en las calles de Culiacán el 17 de octubre de 2019, también conocido como el jueves negro o el primer Culiacanazo.
Por más de tres horas, luego de que fuerzas de seguridad llegaran al domicilio donde se encontraba uno de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, se registraron agresiones en diferentes puntos de la ciudad, quema de vehículos y una fuga masiva en el penal de Aguaruto.
Ese fue el primer intento para cumplir con la orden de extradición que exigía por años el gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, los primeros informes detallaban bloqueos en todos los accesos de Culiacán, decenas de vehículos con hombres armados, con calibres 50, montados en camiones, circulando en distintas colonias de la ciudad.
Al siguiente día, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que fue orden suya desistir de la detención de Ovidio Guzmán por el nivel de violencia que se desató en Sinaloa.
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El 5 de enero de 2023 se desató la misma violencia y por el mismo motivo. Ese día se dio el segundo intento de detención de Ovidio Guzmán, con éxito. En septiembre de ese año, “El Ratón” fue extraditado a Estados Unidos.