ASÍ
Para escribir, leo, pienso, imagino, tecleo,
borro, cito.
No en ese orden y no siempre cada acción, pero es parte natural de mi propio canon
También recuerdo: lo que pasa local o nacionalmente; entonces siento correr un especie de fuego que parece una furia a punto de desbocarse.
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Entonces regreso a la lectura y escojo la poesía o de la prosa poética.
Me calma, me centra, me emociona y hace volar el cerebro dentro de cada dedo que toca el teclado.
Luego, inevitablemente quiero citar y dar crédito al origen de lo que anoto y aunque en un teclado electrónico, lo escribo como si fuera con tinta china y pluma fuente. Eso que se usaba para decir algo importante...al menos para el escribiente que no para el escribano.
Hoy, me detuve en el título de una entrevista a la escritora Fernanda Trías publicada en la revista Nexos: “La ternura es algo vital” y la resonancia interna fue inmediata. Absurdo si confieso que, -de manera arbitraria o inconsciente- históricamente he guardado una distancia absurda de todo lo que pidiera sonar cursi.
En la entrevista, Fernanda habla de cómo se va atreviendo más, en cada novela que escribe. Se atreve a dejar atrás lo conocido y a jugar con la creación de personajes, perfilados tanto por su propia biografía como por el contacto con realidades diferentes: “por ejemplo, le dedico la novela a mi abuela. Y mi abuela era una persona incondicional, me daba una relación de ternura. Yo creo que en esta novela lo que ella no conoce -la protagonista- o no ha tenido, es la ternura, excepto a través de la abuela. Y la ternura, como emoción, es algo vital.”
Me gusta coincidir con ese sentimiento, que derrite barreras y nos hace más transparentes. En una época en que las diferentes generaciones experimentamos tantas brechas, creo que es vital experimentarse en la ternura, en la expresión de los afectos, “los cariños” y aquello que no reblandece el corazón. Principalmente para un corazón social que se ha vuelto duro a fuerza de tanta violencia cada vez más próxima, cada vez menos latente y más explícita y real.
Al parecer la novela de Fernanda Trías habla de la furia de la naturaleza, de la fuerza de la montaña y al tiempo, de quienes su presencia toca de alguna manera que devela la necesidad de ese rasgo -no exclusivo de la especie humana- que fortalece vínculos, derriba muros y crea conexiones valiosas. Habrá que leerla...
...así leo para escribir o escribo para leer.