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Revolución solar

Por Alfonso Lastras Martínez

Agosto 03, 2025 03:00 a.m.

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La crisis de petróleo de los años setenta del siglo pasado, que sextuplicó los precios del petróleo crudo, puso fin a la era de petróleo barato, al mismo tiempo que hizo patente la dependencia de los países industrializados con respecto al petróleo del Medio Oriente. Todo esto impulsó proyectos para el desarrollo de fuentes alternativas de energía para sustituir al petróleo. Entre estas fuentes alternativas se incluyen la energía nuclear, la energía eólica y la energía solar. La energía nuclear, no obstante, perdió atractivo por los accidentes nucleares de las centrales de Chernóbil y de la Isla de las Tres Millas, que hicieron patentes los riesgos de contaminación radiactiva, que son intrínsecos a la energía nuclear. 

Por otro lado, dada la enorme cantidad de radiación solar que recibe la tierra, la energía solar era la opción natural para sustituir al petróleo. Sin embargo, en la década de los años setenta del siglo pasado el desarrollo de los dispositivos para aprovechar la energía solar era incipiente y la energía solar no podía competir con el petróleo. En efecto, las primeras celdas solares de silicio, desarrolladas en 1954 en los Laboratorios Bell, además de un alto costo tenían una eficiencia de conversión de energía de apenas un 6 por ciento. Así las cosas, las celdas solares solamente tenían aplicación en situaciones restringidas; por ejemplo, para proveer de energía a los satélites artificiales.

En estas condiciones, la energía solar avanzó a un ritmo relativamente lento, sin bien reduciendo sus costos de manera sostenida, acercándolos a los costos de la energía generada por el petróleo y otros combustibles fósiles. Esta evolución relativamente lenta sostenida a lo largo de varias décadas, ha cambiado dramáticamente en los últimos años impulsada por el desarrollo de la industria fotovoltaica en China, como lo relata un artículo publicado por “The Economist” en junio de 2024.  Según dicho artículo, “…en 2004, el mundo tardó un año entero en instalar un gigavatio de capacidad de energía solar; en 2010, tardó un mes; en 2016, una semana. En 2023, hubo días aislados en los que se instaló un gigavatio en todo el mundo. A lo largo de 2024, los analistas de BloombergNEF, una empresa de datos, prevén la instalación de entre 520 y 655 gigavatios de capacidad: es decir, hasta dos gigavatios por día”. Para dimensionar lo que esto significa, mencionaremos que la central nuclear de Laguna Verde, en el Estado de Veracruz, tiene una capacidad de aproximadamente un gigavatio y medio. 

En la misma dirección, según “The Economist”, el pasado mes de mayo la capacidad solar de China creció casi por 100 gigavatios, que es aproximadamente la capacidad que tiene nuestro país para generar energía eléctrica. 

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La revolución solar corre montada en un dispositivo, el módulo solar, fabricado con silicio, el segundo elemento más abundante en la corteza terrestre. El silicio en una celda solar tiene que ser ultra puro, y esto requiere someterlo a procesos complicados de purificación que involucran temperaturas elevadas. Así, una celda solar constituye un dispositivo de alta tecnología, robusto y sin partes móviles, y con tiempos de vida mayores a los veinte años. 

Por otra parte, al lado de sus aspectos positivos, el crecimiento acelerado de la energía solar tiene también puntos negativos. Así, las instalaciones solares conectadas a la red eléctrica pública pueden saturarla durante las horas pico de radiación solar, cuando la generación es mayor al consumo y la energía no consumida es inyectada a la red pública. 

Otro punto negativo es que la energía solar es intermitente y está solo disponible en las horas de sol. Así, es necesario usar baterías como un medio de almacenamiento para disponer de energía en las horas sin sol y en este sentido la revolución solar también ha incluido una reducción drástica  de costos de las baterías de almacenamiento. Así, según un dato del “Rocky Mountain Institute” citado por “The Economist”, el costo de las baterías de almacenamiento ha caído en un 99 por ciento en los últimos 30 años.

Estamos así ante la presencia de una revolución solar que se proyecta que proporcionará más del 50 por ciento del total de la energía que consuma el mundo en el año 2060.