Políticas recurren a presunta violencia de género: C.O.

“Qué bueno que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación enmendó la plana al Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana y al Tribunal Electoral local, a los que ya se les había estado pasando la mano con la interpretación de lo que se conoce como violencia política de género, advirtió el vocero de la organización civil Ciudadanos Observando, José Guadalupe González Covarrubias. 

Recordó que hay políticas que recurren a la supuesta violencia de género cuando se les denuncia por corrupción o malas acciones de su trabajo público, y fue lo que sucedió en el caso del periodista Juan José Rodríguez.

Dijo que en el caso particular de Juan José Rodríguez, el fallo del tribunal representa un buen mensaje del periodismo y para la protección del derecho fundamental de la libertad de expresión.

Para el caso particular de la persona titular de la presidencia estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Sara Rocha Medina, el presidente de la organización civil dijo que finalmente es una persona pública, y sus acciones están bajo el escrutinio de todos.

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Precisó que por casos como el de Sara Rocha, la libre expresión y el periodismo se van viendo cada vez más y más amenazados, y por lo tanto, en mayor estado de vulnerabilidad ante la interpretación convenenciera de las cosas.

Dijo que incluso ya se convirtió en una maña, usar un arma que significa llamar a la petición de rendición de cuentas, o en su caso al escrutinio de las acciones públicas, “violencia política de género”, y ha pasado con alcaldesas, extitulares de la Secretaría de Salud, exdiputadas, y otras funcionarias que están envueltas en actos 

de corrupción.

Advirtió que no se debe confundir la violencia política de género con la obligación de rendir cuentas como servidores públicos y la denuncia de corrupción política.

Agregó que ahora se espera que las autoridades superiores enmienden la plana a quienes utilizan ese argumento de la supuesta violencia política de género, para esconder actos de corrupción.