Totoaba, en vías de recuperación
Blanco del tráfico ilegal y en peligro de extinción, el pez es cultivado y luego liberado al mar

La Paz, BCS.- El pez totoaba, especie endémica del golfo de California, catalogada en peligro de extinción y blanco del tráfico ilegal, comienza a contar una historia diferente: su regreso al mar tras ser cultivado en cautiverio.
En una década de trabajo conjunto entre expertos, autoridades y la empresa de acuacultura regenerativa Santomar, así como organizaciones de la sociedad civil, 270 mil totoabas fueron liberadas. En junio pasado se soltaron 40 mil crías de esta especie de aproximadamente 25 centímetros de longitud, en la playa Santispac, en el municipio de Mulegé.
“La reintroducción de miles de crías apoya a la recuperación de esta especie amenazada, y es posible por el cultivo que se da en Sonora y en Baja California. [Y] con el conocimiento desarrollado en laboratorios del Instituto de Investigaciones Oceanológicas de la Universidad de Baja California, ahora es posible reproducir, criar y ayudar a su conservación en el golfo de California”, explicó Marina Robles García, subsecretaria de Biodiversidad y Restauración Ambiental de la Semarnat.
Durante la liberación más reciente en Mulegé, autoridades explicaron que el esquema de conservación de la totoaba ha resultado exitoso en México, pues suman nueve Unidades de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre en la península de Baja California, donde se han producido cerca de 3 millones de totoabas en los últimos años, y 20% de estas han sido para repoblar.
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Y es que, por años, su pesca fue una de las principales actividades económicas del golfo de California. La especie llegó a ser tan abundante hacia 1920 que se fundaron poblaciones como San Felipe, en Baja California, y Puerto Peñasco y el golfo de Santa Clara, en Sonora, de acuerdo con publicaciones del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor), unidad Guaymas.
No obstante, en los años 40 las capturas alcanzaron picos históricos de más de 2 mil toneladas. El llamado “buche” de la totoaba era ampliamente valorado por cuestiones culturales en Asia. Con la sobreexplotación comenzó el declive hasta llegar a sólo 59 toneladas de captura en 1975 y vino la veda total.
La pesca furtiva seguía motivada por el alto precio que los comerciantes asiáticos pagaban por el producto, hasta 4 mil dólares a pie de playa.
El gobierno de México mantiene una estrategia integral para la protección de la totoaba y la vaquita marina, junto con Estados Unidos y China. Y es que las redes de enmalle utilizadas para capturar totoaba atrapan también a la vaquita marina, otra especie endémica del golfo de California y en grave peligro de extinción.
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