“Chicharito”
Las declaraciones de Javier “Chicharito” Hernández sobre los roles de género, difundidas en redes sociales en julio de 2025, provocaron un amplio debate. Sus palabras fueron calificadas por amplios sectores como sexistas y misóginas; generaron críticas de organismos oficiales, figuras públicas y clubes deportivos. Afirmó que las mujeres “deben dejarse guiar por un hombre” y acusó a las mujeres de “erradicar la masculinidad”, señalando que la limpieza del hogar no debe verse como “opresión patriarcal”. Así, su reclamación central fue que el bienestar social y la armonía de género dependen de que mujeres y hombres retomen su rol tradicional: el hombre como proveedor y líder, la mujer como cuidadora y sustento emocional del hogar.
Javier Hernández sustentó sus opiniones en una narrativa personal, como es la “energía femenina”, y en su interpretación de lo que constituye una familia cohesionada. Habló sobre resiliencia, amor propio y la importancia de los roles tradicionales, y apeló a supuestas diferencias “naturales” entre hombres y mujeres. Utilizó ejemplos retóricos como “quieres un hombre proveedor, pero limpiar te parece patriarcal”, o “los hombres son de ver y las mujeres de sentir” para justificar sus ideas. Para él existen roles “naturales” para cada género y que la convivencia y el bienestar se logran cuando dichos roles se respetan. Bajo este supuesto, abandonar o cuestionar estas funciones genera caos, infelicidad y crisis de identidad, tanto individual como colectiva.
En México existen tradiciones y discursos culturales -incluidos los religiosos- que históricamente han normalizado estos roles de género y que aún dominan en todos los sectores sociales. En algunos ámbitos, como familia y escuelas, se sigue enseñando que el “orden natural” de la familia o la sociedad reposa en esta división sexual del trabajo. Sin embargo, en años recientes, tales roles han sido ampliamente cuestionados, pues no consideran la multiplicidad de realidades, las diferencias históricas y sociales, ni la evidencia que demuestra la capacidad de las mujeres e identidades diversas de desempeñarse plenamente en cualquier ámbito social, político o económico. En los últimos años las mujeres han demostrado su capacidad, talento y creatividad para asumir roles que una sociedad tradicional le otorgó a los hombres.
Las reacciones frente a estas declaraciones no se hicieron esperar. Las autoridades, encabezadas por la presidenta Claudia Sheinbaum, calificaron las declaraciones de Hernández como “machistas”, recalcando que la igualdad está reconocida en la Constitución mexicana y que las mujeres pueden ser “lo que quieran ser”. La Secretaría de las Mujeres, la Federación Mexicana de Futbol y el Club Guadalajara condenaron los discursos que refuerzan estereotipos y limitan el desarrollo pleno de la mujer. Diversos colectivos y usuarios de redes sociales señalaron que este tipo de ideas perpetúan la violencia simbólica de género. Además, se subrayó que la historia muestra cómo muchas mujeres han sido pilares no solo del hogar, sino también del desarrollo científico, económico, político y deportivo, y que generalizar papeles atenta contra el principio democrático y los derechos humanos.
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En respuesta a la ola de críticas, el jueves 24 de julio, Hernández emitió un comunicado en sus redes sociales, lamentando “profundamente cualquier confusión o malestar” generado. Afirmó que nunca buscó herir ni dividir y que está abierto a la reflexión y al crecimiento personal, asegurando: “El cambio empieza por uno mismo… Aprovecharé esta oportunidad para entender, crecer y seguir trabajando para ser una mejor versión de mí mismo”. Si bien no ofrece una retractación ni disculpa explícita de su postura, deja entrever voluntad de diálogo. Sin embargo, su primera postura es respaldada por amplios sectores de la sociedad mexicana, lo cual lo hacen en privado y entre amigos, lo que evidencia la necesidad de seguir trabajando por cambiar esta forma de pensar que tanto daño ha hecho a la mujer.
En conclusión, la postura del “Chicharito” parte de una postura machista y sexista, propia de un país que se resiste al cambio, que no quiere reconocer la nueva realidad social. La reacción institucional y social constituye la expresión de una demanda de cambio, respaldada por derechos constitucionales, normas internacionales y realidades históricas que refutan los estereotipos de género. Estas declaraciones revelan la importancia de la visibilidad pública y la responsabilidad de las figuras públicas al emitir mensajes que inciden en la percepción colectiva sobre la igualdad y el respeto entre mujeres y hombres. Próxima colaboración: 13 de agosto de 2025.
@jszsl