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Cuentos o cuentas

Por Carlos Pérez García

Agosto 16, 2025 03:00 a.m.

A

Oigan… ¿Cómo podemos los ciudadanos ubicar mejor todo eso que nos tiende a abrumar estos tiempos en México? Creo que sería muy útil considerar estas posibilidades:

I.- Anécdotas y escándalos que incluyen algunas fallas del gobierno y sus legisladores, así como diversas acciones y omisiones de los ciudadanos, las cuales rara vez tienen mayores consecuencias.

II.- Asuntos con los que los gobernantes nos quieren distraer, para que no hagamos tanto lío con los puntos III o I aquí.

III.- Problemas de fondo que resultan lo más triste, abstracto y aburrido… lo menos interesante o estimulante, aunque vienen a ser lo más grave: lo más importante.

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Pero, bueno, queda otra posibilidad importante… la IV.- Que no nos interese nada de eso, pues no queremos perder el tiempo con politiquerías o fallas ante las que nada podemos hacer. Esta perspectiva es más común y perjudicial: un enfoque con el que muchos tratan de blindarse de las broncas o malas ondas, de las discusiones o fricciones tan negativas y deprimentes.

Veamos.

En el grupo I se ubican chismes como la gordura de los hijos de López Obrador y los errores de su exesposa o los rumores de varias novias, al igual que lo grotesco de no pocos morenistas y ciertos antecedentes de Claudia Sheinbaum. También caen aquí los repartos de etiquetas de izquierda y derecha, o los viajes lujosos y otras incongruencias personales.

Algunos de estos temas son generados o aprovechados por el gobierno a fin de distraernos de asuntos más graves que, para la presidenta, se acercan demasiado a la responsabilidad de López Obrador, como los sensibles casos de Alfonso Romo en cuanto a lavado de dinero y Adán Augusto López en delitos de huachicol fiscal y migración ilegal.

Claro, hay aquí problemas que, ya sean espontáneos o intencionales, pueden caer del mismo modo en el siguiente paquete. Con ello se desvanecen las fronteras entre los grupos I y II.

De la categoría II podemos resaltar estas semanas la liberación de un criminal secuestrador para que ataque al periodista que mejor ha cumplido su función crítica estos años; las marchas violentas en contra de la gentrificación en la ciudad de México, o el Himno Nacional en boca de la presidenta ante la amenaza estadounidenses contra los cárteles del Narco.

A partir del sexenio anterior se ha abusado de estas cortinas de humo y ahora se multiplican ante tantas revelaciones del sonoro fracaso obradorista. Como sucede con Trump, desde AMLO las ocurrencias y las mentiras obvias distraen y son peligrosos adelantos de lo que puede venir.

Con sus cuentos o falsas narrativas, ella se escapa de la rendición de cuentas. Hoy engaña y desvía la atención con ‘estadísticas’ de pobreza.

Los distractores incluyen memes ofensivos y hasta desfogues diarios con mentadas de madre. Así, el entretenimiento suele funcionarle bastante bien al gobierno.

Al nivel III corresponden las actuales devastaciones nacionales en materia de salud pública; de democracia real; de justicia autónoma; de organización y supervisión electoral; de una economía que pueda atraer inversiones; de las relaciones con Estados Unidos; de la pérdida de soberanía sobre territorios bajo control del crimen organizado, y de la perspectiva de inestabilidad política.

En conjunto, todo esto es alarmante porque incluso pone en riesgo la independencia de México, junto con el menguado nivel de vida promedio de los mexicanos. Pero si optamos por no enterarnos ni hacemos nada para detener el deterioro, no servimos mucho al país ni a nosotros mismos.

También hay ahora castigos de censura a ciudadanos y periodistas, que son indicadores preocupantes de graves deterioros de la libertad de expresión, aparte de que generan tal repudio social que actúan como efectivos distractores.

Algunos van a estar de acuerdo, otros no. La controversia es válida y útil si resulta razonablemente informada, respetuosa y constructiva: que arroje un desenlace positivo para lo que deberíamos hacer o no hacer.

Tú, amable lector, lectora, podrás determinar dónde caes, y lo que consideres mejor para ti y para nuestro país.

* CON LOS GOBERNADORES DE la 4T hay que recordar las palabras de un auténtico líder progresista de izquierda, José Mujica, el recién fallecido expresidente de Uruguay: “Aquel candidato que regala cosas para que lo sigan, no es un líder. Es un comerciante de la política”.

Son, digamos, casos como los de Clara Brugada en la ciudad de México y Ricardo Gallardo en San Luis Potosí.

cpgeneral@gmail.com

@cpgarcieral