› Informalidad creciente › Pozos 2.0
En el pleito entre la informalidad, en la cual se incluye el comercio ambulante, y el comercio establecido, está empezando a calentarlas relaciones entre las agrupaciones empresariales y la alcaldía.
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Mientras que los primeros ven un incremento sensible de la presencia de negocios informales en el Centro Histórico, que ya amenaza la actividad del comercio establecido; las autoridades señalan que no existe tal alza y que los establecimientos que funcionan bajo esa modalidad, están controlados.
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Las cifras del Inegi, recientemente difundidas en el Censo Económico más actualizado, revela un comportamiento simétrico entre ambas actividades. En cinco años, el comercio establecido ha bajado 4 por ciento, mientras que los negocios informales han subido exactamente en esa proporción, un comportamiento espejo.
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El hueso del asunto es la regulación, o la incapacidad de la autoridad para ejercerla. En la medida de que no haya evidencia de que hay control sobre el creciente ambulantaje.
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La controversia por la posibilidad de creación el municipio 60, el de La Pila, está marcada más por la visceralidad que por la argumentación.
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Por ende, los detractores y promoventes han acudido a señalamientos inexactos, con datos equivocados sobre normatividad y población de la delegación, usándolos para sus respectivos intereses.
Independientemente de la polémica, de avanzar la intención del gobernador Ricardo Gallardo Cardona de promover una escisión la delegación, habrá que cuestionar si la Zona Metropolitana está lista para revivir las incidencias que trajo la municipalización de Pozos.
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Seguramente habrá controversias legales en los tribunales, algunas de las cuales alargaron el proceso; luego está la organización de los comicios, en los que el Consejo Estatal Electoral de Protección Ciudadana fue obligado a realizar unos comicios sin el financiamiento suficiente para organizar un plebiscito que fue mayoritariamente desdeñado.
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Y luego, de concretarse la elección, está la posibilidad de repetir los problemas de organización que afectaron a la nueva alcaldía, y que aún tienen efectos nocivos en Pozos.
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También se demostró que la creación de un municipio no es un proceso corto. Como ocurrió con Pozos, previsto por el gallardismo para que celebrara elecciones en el 2024, el tiempo que se llevó el proceso impidió que se lograra el propósito.
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El año entrante es preelectoral, y tendrán que realizarse las modificaciones constitucionales y las otras normas que también deberán cambiarse. El reloj está en contra de una eventual municipalización.
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¿Habrá quién quiera repetir ese proceso? Parece que la ambición gallardita da para eso y más.
