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La lucha contra la poliomielitis en Pakistán: un camino lleno de obstáculos

La campaña de erradicación de la poliomielitis en Pakistán se enfrenta a desafíos significativos, incluyendo desinformación y mala gestión.

Por AP

Agosto 05, 2025 06:57 p.m.

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La lucha contra la poliomielitis en Pakistán: un camino lleno de obstáculos

KARACHI, Pakistán (AP) — Sughra Ayaz ha pasado la última década viajando de puerta en puerta por el sudeste de Pakistán para pedir a los padres de familia que permitan que sus hijos sean vacunados contra la poliomielitis como parte de una campaña mundial para erradicar esta enfermedad paralizante.

Escucha sus demandas y sus miedos.

Algunos son prácticos —las familias necesitan otras cosas con mayor urgencia, como alimento y agua. Otros, sin embargo, son temores infundados: como que las dosis orales tienen como objetivo esterilizar a sus hijos.

En medio de una desenfrenada desinformación y una inmensa presión para que la campaña tenga éxito, Ayaz dijo que algunos supervisores le han ordenado a los trabajadores que falseen registros de vacunación para indicar que hay más niños inoculados de los que son en realidad. Agregó que las vacunas, que deben mantenerse en refrigeración, no siempre se almacenan correctamente.

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"En muchos lugares, nuestro trabajo no se realiza con honestidad", expresó Ayaz.

La Organización Mundial de la Salud y sus socios emprendieron su campaña contra la poliomielitis en 1988 con el ambicioso objetivo de erradicarla —una hazaña que sólo se ha alcanzado una vez entre las enfermedades humanas: la viruela, en 1980. Estuvieron cerca de lograrlo en varias ocasiones, la más reciente en 2021, cuando sólo se reportaron cinco casos del virus natural en Pakistán y Afganistán. Pero desde entonces el número de infecciones ha ido en aumento, alcanzando las 99 el año pasado, al tiempo que las autoridades han incumplido al menos seis plazos de erradicación autoimpuestos.

Afganistán y Pakistán siguen siendo los únicos países donde nunca se ha interrumpido la transmisión de la polio —la cual es altamente infecciosa, afecta principalmente a niños menores de 5 años y puede causar una parálisis irreversible en cuestión de horas. La campaña mundial ha dirigido la mayor parte de su atención y sus fondos a esta región durante la última década.

Pero en su afán por eliminar la enfermedad, la Iniciativa de Erradicación Mundial de la Poliomielitis (GPEI, por sus siglas en inglés) se ha visto descarrilada por una mala gestión, y lo que personas al interior del organismo describen como una fe ciega en una estrategia obsoleta y en una vacuna oral problemática, según trabajadores, expertos en polio y documentos internos a los que The Associated Press tuvo acceso.

Los funcionarios han falsificado registros de vacunación y han seleccionado a personas no capacitadas para administrar las gotas. Tampoco lograron desplegar equipos durante campañas masivas y desestimaron las preocupaciones sobre la posibilidad de que la vacuna oral provoque brotes, según documentos compartidos con la AP por parte del personal de la GPEI —una de las campañas de salud pública más grandes y costosas de la historia, en la que se han invertido más de 20.000 millones de dólares y en la que participan casi todos los países del mundo.

En Afganistán y Pakistán —que no sólo comparten una frontera, sino también una desconfianza generalizada hacia las vacunas y frágiles sistemas e infraestructura de salud— personal local como Ayaz ha hecho notar los problemas a los altos mandos durante años. Pero estos asuntos, junto con las preocupaciones del personal y de funcionarios de salud externos, no han sido abordados desde hace mucho tiempo, según fuentes internas.

Las autoridades destacan los éxitos: 3.000 millones de niños vacunados y unas 20 millones de personas que se evitó que quedaran paralizadas. Pero, al mismo tiempo, reconocen los desafíos en Pakistán y Afganistán. Los poblados remotos son de difícil acceso, algunas autoridades culturales y religiosas no recomiendan la vacunación, y cientos de trabajadores de sanidad contra la polio y personal de seguridad han sido asesinados por apegarse a una iniciativa liderada por Occidente.

El doctor Jamal Ahmed, director de la OMS para la erradicación de la poliomielitis, defendió los avances en esos dos países, destacando la respuesta personalizada de los trabajadores en los focos de resistencia.

"Hoy en día hay muchísimos niños protegidos gracias al trabajo de los últimos 40 años", dijo. "No dramaticemos de más los desafíos, ya que eso conlleva a que los niños queden paralizados".

Ahmed cree que las autoridades pondrán fin a la propagación de la polio en los próximos 12 a 18 meses. Su objetivo más reciente de erradicación es 2029. La campaña puntualiza que alrededor de 45 millones de niños en Pakistán y 11 millones en Afganistán deben ser vacunados este año. Por lo general, los niños necesitan cuatro dosis de dos gotas cada una para que se consideren completamente inmunizados.

El doctor Zulfiqar Bhutta, quien ha formado parte de los grupos asesores de la OMS, la Gates Foundation y otras entidades, dijo que los responsables de la campaña deberían escuchar las críticas que reciben sus tácticas.

"Es poco probable que mantener ciegamente las mismas estrategias en las que hemos confiado desde que comenzó la campaña de erradicación conduzcan a un resultado diferente", agregó.

Problemas de años en los equipos de vacunación

Informes internos de la OMS sobre las campañas de vacunación en Afganistán y Pakistán durante la última década —entregados a la AP por personal actual y anterior— muestran que ya en 2017 los trabajadores locales alertaban a los supervisores sobre problemas importantes.

Los documentos destacaron múltiples casos de falsificación de registros de vacunación, personal sanitario que fue reemplazado por familiares no capacitados y la administración incorrecta de las vacunas.

En numerosas ocasiones, funcionarios de la OMS señalaron: "los vacunadores desconocían cómo gestionar las vacunas", y mencionaron la falta de refrigeración adecuada de las dosis. También encontraron informes mal elaborados o falsificados, mientras que los trabajadores reportaron "el uso de más viales de vacunas de los que realmente se suministraron".

Según un informe de agosto de 2017 de Kandahar, Afganistán, las autoridades locales interfirieron en la selección de los vacunadores, "lo que tuvo como resultado la selección de voluntarios analfabetos y menores de edad".

Los equipos de vacunación trabajaron "de manera apresurada", según los informes, sin "ningún plan de monitoreo ni supervisión". Un equipo en Nawzad, Afganistán, cubrió sólo la mitad del área prevista en 2017 y se excluyó por completo a 250 hogares. Los ancianos del poblado mencionaron que no hubo visitas en al menos dos años.

Los trabajadores de vacunación y funcionarios de salud en Afganistán y Pakistán confirmaron los problemas en los documentos, y reportaron a la AP que para los directores de la campaña resulta difícil comprender las dificultades en el terreno. Los esfuerzos puerta por puerta se ven obstaculizados por las barreras culturales, historias infundadas sobre las vacunas y la pobreza y transitoriedad de la región.

"La mayoría de las veces, cuando vamos a vacunar y tocamos a la puerta, el jefe de familia o el hombre no está en casa", dijo un trabajador, quien habló bajo condición de anonimato al no estar autorizado a dar declaraciones a la prensa. "Para mucha gente es ofensivo que un desconocido llame a la puerta y hable con una mujer".

Algunos trabajadores se encuentran con que las familias se han mudado. En ocasiones, reportan que reciben maltratos.

"Hemos compartido estos problemas con nuestros funcionarios superiores", refirió el trabajador a la AP. "Ellos saben de esto".

En respuesta por correo electrónico a las preguntas de la AP sobre el conocimiento de los funcionarios sobre estos temas, Ahmed, el director de la erradicación contra la polio de la OMS, mencionó "dificultades operativas" en Afganistán y Pakistán, y añadió que el programa cuenta con "sólidos procesos de monitoreo y evaluación".

Ayaz describió la "marcación falsa" —entintar el dedo meñique de un niño para indicar que ha sido vacunado, incluso cuando no se le administró ninguna vacuna.

"Hay muchísima presión", explicó.

Los críticos destacan el uso continuo de la vacuna oral contra la polio

Antes de que se desarrollara la primera vacuna contra la polio en 1955, la enfermedad —que se transmitía principalmente de una persona a otra, o a través de agua contaminada y vía partículas fecales— era una de las más temidas del mundo y paralizaba a cientos de miles de niños cada año. La gente evitaba los lugares concurridos durante las epidemias, y las salas de los hospitales se llenaban de niños en pulmones de acero porque el virus había inmovilizado sus músculos respiratorios.

La polio se propaga principalmente cuando las personas se exponen a agua infectada con el virus. En países con problemas de saneamiento, los niños suelen infectan al entrar en contacto con heces contaminadas.

La OMS recalca que mientras un solo niño siga infectado, los niños de todo el mundo siguen estando en riesgo.

La erradicación exige estar muy cerca de la perfección —cero casos de polio e inmunizar a más del 95% de los niños.

Pero líderes de salud pública y exempleados de la OMS afirman que las campañas están lejos de ser perfectas, y muchos cuestionan el uso de la vacuna oral.

La vacuna oral —la cual se ha demostrado que es segura y eficaz— se ha administrado a más de 3.000 millones de niños. No obstante, presenta algunos efectos secundarios extremadamente raros: los científicos calculan que por cada 2,7 millones de primeras dosis administradas, un niño quedará paralizado por el virus vivo de la polio vivo que contiene la vacuna.

En casos incluso más raros, el virus vivo puede mutar a una forma capaz de iniciar nuevos brotes entre personas no inmunizadas en lugares donde las tasas de vacunación son bajas.

A nivel mundial, cada año se han reportado cientos de casos derivados de la vacuna desde por lo menos 2021, con al menos 98 infecciones en lo que va del año.

La mayoría de los expertos en salud pública coinciden en que la vacuna oral debe retirarse lo antes posible. Pero admiten que simplemente no hay suficientes vacunas inyectables —las cuales no utilizan virus vivos y no conllevan los riesgos de la vacuna oral— para erradicar la polio. La vacuna inyectable es también más cara y requiere de una mayor capacitación para su aplicación.

Más de una veintena de altos funcionarios en la campaña para erradicar la polio —en funciones y anteriores— dijeron a la AP que las agencias involucradas no han estado dispuestas siquiera a considerar una revisión a su estrategia para abordar algunos de los problemas de la campaña.

El doctor Tom Frieden, exdirector de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) quien es miembro de una junta independiente que supervisa la erradicación de la poliomielitis, dijo que sería imposible eliminar la polio sin la vacuna oral. No obstante, ha instado a las autoridades a encontrar la manera de adaptarse, como adoptar nuevos métodos para identificar los casos de polio con mayor rapidez. Desde 2011, él y sus colegas han publicado informes periódicos sobre los fallos generales del programa.

"No hay una gestión", expresó, refiriéndose a una falta de rendición de cuentas.

El doctor T. Jacob John, excientífico de la OMS, envió el año pasado dos correos electrónicos a Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, en los que solicitaba una "un importante cambio de rumbo". John compartió los correos electrónicos con la AP y afirmó que no recibió respuesta.

"La OMS persiste en el control de la polio, y crea polio con una mano e intenta controlarla con la otra", escribió John.

En su respuesta a la AP, Ahmed, el director contra la poliomielitis de la OMS, dijo que la vacuna oral es un "pilar fundamental" de la estrategia de erradicación y que "casi todos los países que hoy están libres de polio (la) utilizaron para lograr ese hito".

"Necesitamos dar un paso atrás y cuidar realmente de la gente", afirmó. "La única manera de lograrlo en gran parte del mundo es con la vacuna oral contra la polio".

Ahmed destacó también el éxito que la OMS y sus socios alcanzaron al eliminar la polio en India, una tarea que antes se consideraba casi imposible. En los cuatro años previos a la erradicación de la polio en ese país, el personal sanitario administró alrededor de 1.000 millones de dosis de la vacuna oral a más de 170 millones de niños.

En la actualidad, casi todos los casos de polio a nivel mundial —principalmente en África y Oriente Medio— son virus mutados de la vacuna oral, excepto en Afganistán y Pakistán.

Scott Barrett, profesor de la Universidad de Columbia, pidió una investigación para entender cómo es que la situación se descontroló tanto —en particular después de un intento fallido en 2016, cuando las autoridades retiraron una cepa de la vacuna oral. Se equivocaron en sus cálculos, lo que provocó brotes en más de 40 países que paralizaron a más de 3.000 niños, según un informe de expertos encargado por la OMS. Un virus mutado relacionado con ese esfuerzo paralizó el año pasado a un bebé en Gaza.

"A menos que se realice una investigación pública donde se revelen todas las pruebas y la OMS implemente cambios importantes, será muy difícil confiar en ellos", agregó.

Persiste la desconfianza en los esfuerzos de erradicación

Con un presupuesto anual de aproximadamente 1.000 millones de dólares, la iniciativa contra la polio se encuentra entre las más costosas de todo el ámbito de la salud pública. Este año, Estados Unidos se retiró de la OMS y el presidente Donald Trump recortó la ayuda exterior. Funcionarios de la OMS han admitido en privado que será difícil mantener la financiación si no tienen éxito.

Algunos aseguran que sería mejor utilizar el dinero en otras necesidades sanitarias.

"Tan sólo en Pakistán, hemos gastado más de 1.000 millones de dólares (en financiación externa contra la polio) en los últimos cinco años, y no obtuvimos progreso alguno", señaló Roland Sutter, exdirector de investigación sobre la poliomielitis en la OMS. "Si esta fuera una empresa privada, exigiríamos resultados".

Los residentes de zonas rurales también han protestado por el costo, organizando cientos de boicots contra las campañas de inmunización desde 2023. En lugar de vacunas contra la polio, piden medicamentos, alimentos y electricidad.

En Karachi, los residentes declararon a la AP que no comprenden la obsesión del gobierno con la polio y se quejaron de otros problemas: agua sucia y adicción a la heroína. Los trabajadores van acompañados de guardias armados y las autoridades pakistaníes reportan que más de 200 trabajadores y policías asignados para su protección han sido asesinados desde la década de 1990, principalmente a manos de milicianos.

La campaña también se enfrenta a una ola de desinformación, como que la vacuna está hecha con orina de cerdo o que hará que los niños alcancen la pubertad prematuramente. Algunos culpan la creciente oposición a las vacunas en Estados Unidos y otros países que han financiado en gran medida los esfuerzos de erradicación, y reportan que dicha postura ya llegó incluso a zonas remotas de Afganistán y Pakistán.

En los suburbios del sudoeste de Pakistán, Saleem Khan, de 58 años, informó que se vacunó a dos de sus nietos menores de 5 años a pesar de las objeciones de su familia.

"(La vacuna) les provoca discapacidad", añadió Khan, sin presentar pruebas que respalden su creencia. "Están vacunados porque las autoridades reportaron nuestra negativa a las autoridades y a la policía".

Svea Closser, profesora de salud internacional en la Universidad Johns Hopkins, dijo que Pakistán y Afganistán se oponían menos a la inmunización hace décadas. Ahora, la gente está molesta por la atención que se le presta a la poliomielitis y la falta de ayuda para enfermedades como el sarampión o la tuberculosis, expuso, lo que impulsa las teorías conspirativas.

"La erradicación de la polio ha creado un monstruo", manifestó Closser. Añadió que no ayuda que la confianza pública en las campañas de vacunación se vio socavada en esta región cuando la CIA organizó una campaña falsa de vacunación contra la hepatitis en 2011 para intentar obtener ADN y confirmar la presencia de Osama bin Laden o de sus familiares.

Los trabajadores presencian esa desconfianza todos los días.

En una región montañosa del sudeste de Afganistán, donde la mayoría de la gente sobrevive del cultivo de trigo y la crianza de vacas y pollos, una madre de cinco hijos dijo que preferiría que sus hijos fueran vacunados contra la polio, pero su esposo y otros familiares varones le han ordenado a sus familias que rechacen la vacuna. Creen en los rumores falsos de que pondrá en riesgo la fertilidad de sus hijos.

"Si lo permito", dijo la mujer, quien se negó a ser identificada por temor a represalias familiares, "me golpearán y me echarán".