Polémica en Dinamarca por escultura de La Gran Sirena

CIUDAD DE MÉXICO, agosto 5 (EL UNIVERSAL).- Mientras la figura de bronce de "La Sirenita" de Hans Christian Andersen ha cautivado a millones de visitantes durante más de un siglo, una polémica escultura de una sirena muy diferente ha generado un debate diferente en Dinamarca.

Se trata de "Den StoreHavfrue" o "La Gran Sirena", una imponente obra del artista Peter Bech, cuya existencia ha puesto en tela de juicio el concepto de belleza, el arte público y el legado de uno de los cuentos de hadas más queridos del mundo.

Con sus cuatro metros de altura y 14 toneladas de peso, "La Gran Sirena" se erigió como una antítesis a la famosa "Sirenita". Su figura robusta y su estilo crudo, alejado de la delicadeza de la escultura original, provocaron una inmediata y abrumadora reacción pública.

Críticos de arte y ciudadanos la señalaron de "fea", "grotesca" y, en algunos casos, directamente "pornográfica", argumentando que su representación no solo era ofensiva, sino que deshonraba el espíritu romántico y melancólico de la historia de Andersen.

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El autor de esta obra, Peter Bech, pareció buscar deliberadamente la confrontación. Su objetivo, según interpretaciones de su trabajo, era ofrecer una versión más realista y poderosa del mítico ser marino, despojándolo de su idealización para darle una forma más humana y terrenal. Bech, en su afán por desafiar la percepción del público, creó una pieza que, sin lugar a duda, logró su cometido: hacer hablar a la gente.

La hostilidad hacia la escultura fue tal que su emplazamiento original en el muelle de Langelinie, muy cerca de su famosa predecesora, se convirtió en un foco de protestas.

Las quejas se acumularon hasta que, en 2018, las autoridades de Copenhague tomaron la decisión de removerla. Desde entonces, "La Gran Sirena" encontró un hogar en el Fuerte Dragør, un antiguo recinto militar a las afueras de la capital.

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Sin embargo, las autoridades danesas decidieron que tampoco puede permanecer en el Fuerte Dragør, a pesar de que Bech donó la pieza al gobierno. Hoy, la Gran Sirena se encuentra en la búsqueda de un nuevo hogar, según informa el diario danés Dragør NyT.

De acuerdo con este medio, Peter Bech no solo financió la escultura de granito de cuatro metros de altura, tallada en Pekín, China, sino que también la diseñó él mismo.

"Está colocada en su posición más alta para demostrar que las mujeres han ganado un lugar independiente con el tiempo y para mostrar el respeto que han logrado. Creo que coincide con el deseo de que haya más estatuas de mujeres en general", afirmó Bech en una entrevista.