Fábulas y fachos
Narrativas van y vienen. Todo es maravilloso en la comarca, y así debe continuar. Las mentiras son aquí verdades. Y las verdades, mentiras. Prevalecen la austeridad y la honestidad. Los servicios públicos son muy buenos. Gozamos el auge de la democracia, la libertad y la prosperidad. Florecen, pues, la felicidad de los aldeanos y la popularidad de sus autoridades.
Pero cada día es más difícil creer y aceptar todo esto. Hay que pensarle, y no sólo sobre las mentiras demagógicas.
Bien, resulta que la palabra FASCISMO ha regresado en diversos ámbitos políticos, idiomáticos, sociales… aunque en los hechos el original, al igual que con el comunismo, no existe ya prácticamente en los países del planeta. Esto lo comentaremos más adelante.
En su resurgimiento, el concepto fascista se usa demasiado ahora: sobre todo como calificativo de quienes se dicen de izquierda, en contra de los que se manifiestan derechistas o anticomunistas. Incluso se ha trivializado como “facho” en España, lo cual se imita acá en México a manera de insulto de uso diario… creo que sin entenderlo bien. Interesa ubicar de dónde viene todo ello y lo que significa en realidad.
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Así será más fácil precisar diferencias o semejanzas con esquemas actuales, para encontrar mejores formas de gobierno en cuanto a efectividad. Las etiquetas ideológicas sólo tienden a confundir y distraer de lo más importante.
Van aquí unas pinceladas.
Un personaje histórico que siempre ha generado interés por variadas razones, Benito Mussolini (1883-1945) fue el poderoso líder carismático y disruptivo que fundó aquel impetuoso populismo nacionalista de derecha, el fascismo.
En un embeleso colectivo, el pueblo italiano se vio seducido por el eficaz agitador a lo largo de su ascenso al poder y su desempeño como dictador. Años después, fue también masiva la repulsión hacia él y lo que representaba, con su lapidación, fusilamiento y linchamiento semidesnudo y colgado boca abajo en 1945, dos días antes del suicidio de su aliado Adolfo Hitler.
De este movimiento político desde la década de 1920 en Italia, quedan hoy vestigios de una ideología totalitaria, nacionalista y antidemocrática. Se caracterizó también por un culto a la personalidad del líder, la desunión nacional, un corporativismo social, su militarización y su proteccionismo e intervencionismo económico… lo cual se ve también en la Alemania nazi a partir de 1933.
A su vez, el comunismo ha sido un sistema político y económico con una doctrina que en esencia quería una sociedad sin clases ni propiedad privada. Como tal, ha desaparecido en términos prácticos, acaso con ciertos resabios en algunas mentalidades o estructuras políticas.
Miren, tras numerosos fracasos y quebrantos, sólo en unos pocos países se ven deseos de seguir utilizando esa palabra: Cuba, Corea del Norte o China (ésta con el formalismo de un partido único, una sociedad eficiente y una economía capitalista muy competitiva).
El fascismo y el comunismo son antítesis: opuestos o contrarios históricos. Pero se confirma que los extremos se tocan. Estos esquemas expresan preocupación por el pueblo, sobre todo con el fin de atraerlo.
Por otra parte, vemos populismos de derecha o izquierda con características similares a las que se detallan líneas arriba para el fascismo, aunque en México algunos los llaman comunismo. Más que un sistema político o una ideología original y coherente, el populismo es una simulación demagógica en la que se aparenta ayudar a las masas para generarles expectativas: ilusionarlas, embaucarlas y usarlas con fines políticos.
En sustitución del más enredado marxismo que nunca entendieron, el viejo fascismo ha sido adoptado ahora por oportunistas que se dicen de izquierda y usan con eficacia la demagogia populista para conseguir poder y dinero. Es esta una hipótesis que te adelanto a ti, amable lector, lectora.
Bueno, ya veremos.
* EL GENIAL WOODY ALLEN nos ha relatado que “El mago hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y desapareció la injusticia, hizo un gesto más y se acabó la guerra. El político hizo un gesto y desapareció el mago”.
Esto nos recuerda que las mentiras demagógicas no las inventaron nuestros populistas… Sólo las han perfeccionado. Y ahora, entre crueldad y muertes, con su presupuesto 2026 el gobierno desaparece el naufragio económico.
* LA CDMX ESTÁ ABATIDA con baches que provocan explosiones sin atención médica, mientras la Jefa de Gobierno se dedica a organizar conciertos. ¿Les suena en otros lugares?
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